Inside no.9 :La democratización de lo incorrecto
Los temas varían de un capítulo a otro alternando el tipo de humor, pasando del absurdo, el oscuro, el slapstick físico, el sarcástico, el mudo, el de terror, el escatológico, y más. En lo que supone una enorme crítica a nuestra sociedad, a su mezquindad, a su egoísmo, sus prejuicios sociales, sus envidias, su afán vengativo, sus miserias, su codicia, su fanatismo, y más patetismo de nuestra Condición Humana.
Con claros y agradecidos homenajes al mencionado Hitchcock, a Shakespeare (en el que reversionan “Macbeth”), a Joseph Losey (al film “El sirviente” de 1963), al cine de humor silente (en el ep."A Quiet Night In”), o a los Monty Python (el ep. “El juicio de Elizabeth Gadge”), o a los hermanos Marx (“La couchette”, ep. Que homenajea al famoso camarote). Como en toda antología no todos los capítulos mantienen el mismo nivel y calidad, no todos están igual de acertados, no todos son igual de divertidos, o igual de equilibrados, pero incluso el peor está por encima de la media, y los mejores son excelsos en su poderío arrollador.
Si existiese una serie b televisiva o incluso z, Reece Shearhsmith y Steve Pemberton podrían considerarse los máximos exponentes ingleses del género. Expertos en crear historias grotescas llenas personajes extravagantes, misterio y humor negro ya se reivindicaron como creadores en Psychoville, donde las trazas del cine de Hitchcook quedan latentes con diversas referencias y claras influencias. Y si la anterior miraba directamente a la vertiente cinematográfica del director londinense esta se apoya en su símil televisivo para crear un producto que cabalga entre lo pulp y la comedia más subversiva.
El formato, que imita al de otras series del género como 'Alfred Hitchcock presents', 'The Twilight Zone' o su versión de acento british 'Tales of the Unexpected', consta de episodios autoconclusivos y de carácter individual con el único nexo en común de sus dos camaleónicos protagonistas, la premisa de crear una historia fuera de lo común llena de giros impensables y un final impactante y sorprendente. Algo así como una versión estrambótica de 'Black Mirror' sin el componente de ciencia ficción.
Ya en los episodios se nota la riqueza de alusiones culturales desde un conseguido e hilarante homenaje al cine mudo hasta la simple mención de TARDIS y 'Game of Thrones' pasando por Shakespeare, o las referencias visuales a 'The Servant' de Joseph Losey y al mismo Hitchcock en el segundo episodio. Incluso ofrecen algo de weird fiction en el último episodio de su primera temporada. Por lo que la serie se convierte en un crisol de toda esa ficción un tanto alternativa que se podía ver o leer en el siglo XX.
Aunque la serie mantiene un nivel bastante notable de calidad si es verdad que ciertos finales de episodio puede dejar una sensación fría y el cuarto episodio pese a crear una situación absurda digna de los hermanos Marx es el más flojo de los seis. Es probable también que en algunos casos tengamos la sensación de haber visto esta historia antes, algo que no priva de su disfrute.
En definitiva, estos dos cómicos ingleses han conseguido crear un sello propio lleno de matices dentro del género, con historias rocambolescas llenas de humor negro y una marcada autoría. Un producto de culto no apto para las masas.
Baussant
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