‘Doble traición’ (Backstabbing for Beginners).

La diplomacia se ha asentado en la sociedad moderna con un rol conciliador donde varias partes terminan beneficiadas. En medio de los conflictos, un par de terceros establecen vías alternativas y logran ofrecerles subsidios a las víctimas de un gran enfrentamiento.

Todo esto suena a una extrema palabrería sin sentido al no conocer la película, pero tras echar un primer vistazo se materializa una situación clave para la diplomacia y, sobre todo, de una visión particular de la corrupción que cierne entre un sistema que debería ser humanitario, hablamos entonces de ‘Doble traición’ (Backstabbing for Beginners).

Dirigida por Per Fly (‘Follow the Money’, ‘Manslaughter’), ‘Doble traición ‘es una película que no invierte tiempo ni recursos en ofrecer una gran fotografía o diálogos memorables, más no se encasilla en ser mediocre, sino más bien en plasmar una radiografía de un hecho específico.

Descrita como un thriller político, narra las memorias de Michael Soussan, quien alguna vez formó parte del programa humanitario de la ONU: Oil for Food en Iraq y se vio envuelto en uno de los mayores escándalos por corrupción. Protagonizada por Theo James y Ben Kingsley, la cinta enfoca una perspectiva particular de un oficio concebido ante lo correctamente ético ante un bien común.

Per Fly aborda la visión personal de Soussan, un joven idealista que choca con las dudas acerca de los beneficios de la ayuda humanitaria y de las consecuencias de cada una de las transacciones. Los personajes le otorgan un peso a las decisiones que toma el protagonista, quien debe fijar un equilibrio entre su vida personal y laboral.

La película tiene un ritmo narrativo regular por lo que a medida que avanzan los conflictos, nunca se estanca, sino que más bien conmociona al espectador. Al compararse con otras cintas podría tener un resultado similar a ‘Spotlight‘ (pero sin menos presupuesto e impacto), dado que genera curiosidad en el espectador acerca de los hechos que ocurrieron para aquel entonces.

A pesar de todo, no termina siendo moralista la película dado que refleja como cada personaje sigue sus propias convicciones y presenta como las buenas acciones pueden sostenerse como una pantomima ante un juego de piezas en el tablero del mundo.

DANIEL KLÍE