Pakt (El pacto)
El Pacto es la adaptación polaca del original noruego Mammon. Cuando, hace unos meses vimos aquella serie en versión original (aún no estaba incluida en la plataforma HBO), simplemente nos gustó, nos pareció una idea interesante, por mucho que lo que estábamos viendo no cuadrara con lo que consideramos el “carácter nórdico”. La serie nos pareció excesivamente conspiranoica, pero era menester reconocer que se hacía agradable de ver, estaba bien interpretada y, sobre todo, era ágil y dinámica. La calificamos con un 7 y la recomendamos. Pues bien, hora que hemos visto la adaptación polaca, nos encontraos en la obligación de comprar ambas series.
Cuando se escucha la música de Chopin y los acordes arrebatados de La Polonesa o lo apasionado de su amor con George Sand, incluso otras muestras del carácter polaco, antisemitismo incluido, uno logra encuadrar mejor la trama de El Pacto con aquella sociedad. De hecho, hemos de reconocer que nos ha gustado ligeramente algo más que el original noruego. Incluso el enfoque conspiranoico está algo más atenuado y, desde el punto de vista fílmico, algunos encuadres e imágenes son ligeramente superiores.
Hay que ir con cuidado a la hora de describir la trama. Los elementos que contiene desde el principio se van descubriendo poco a poco y resultaría inadecuado revelarlos por anticipado. Baste saber que la trama gira en torno a un periodista de investigación y a la redacción de un diario que están a punto de publicar la información sobre un caso de corrupción económica que afecta a una gran empresa dirigida, precisamente por el hermano del periodista que realiza la investigación. A partir de esta base se desarrolla la trama que no ahorra al espectador sorpresas, situaciones imprevistas y traiciones.
Un elemento a notar como verdadero signo de los tiempos es el mobiliario y los complementos del hogar que aparecen en la serie: son de marca Ikea.
La versión polaca se emitió apenas un año después de la noruega, por lo que es fácil pensar que sus promotores (HBO) tuvieron tiempo de corregir algunos elementos presentes en la primera. En ambos casos no se trata de series que hayan desatado una gran expectación, ni que hayan sido polémicas. De hecho, cuesta encontrar información y críticas sobre ambas. Algo injusto porque se trata de dos series buenas y, si nos centramos en la versión polaca, muy agradables de ver y con un ritmo ágil, dinámico y en su tramo final, trepidante.
Obviamente, los actores que participan son completamente desconocidos en España, pero sus interpretaciones resultan impecables. Una serie, en definitiva, para ver y digerir. Por lo demás, la serie nos ayudará también a ver cómo es la Polonia actual. La presentación y la cabecera son, simplemente, geniales y están al nivel de las mejores realizadas en estos últimos años.
En esta ocasión nos sumergiremos en una investigación
periodística llevada hasta el extremo. Una producción que no sólo está cargada
de suspense y desconcierto, sino que plantea un debate muy interesante sobre la
ética periodística y, en menor medida, sobre la Unión Europea.
Pakt nos cuenta la historia de Piotr Grodecki (Marcin
Dorocinski), un periodista que debido a una investigación se verá inmerso en
una serie de tragedias, asesinatos, sorpresas…vamos una de intrigas y
conspiraciones de toda la vida. Como podréis imaginar toda esta situación
transciende a lo personal y su vida se convertirá en una pesadilla in
crescendo.
El director de la primera temporada, que es la que he
visto y os recomendamos, es Marek Lechki y la verdad es que ha hecho un buen
trabajo para la poca experiencia que tiene. Según la información que he
recopilado tan solo ha dirigido Erratum (2010) y la TV Movie Moje miasto
(2002). Sin embargo en muchos momentos me ha recordado al trabajo de Susanne
Bier en The night manager. El uso de localizaciones reales, la cámara en mano o
la prohibición de de efectos ópticos y filtros, aspectos propios del movimiento
fílmico Dogma 95, son usados con bastante acierto por parte de Marek Lechki.
La trama la verdad es que no está nada mal, no es que sea
innovadora pero tiene unos golpes de efecto que realmente te dejan sentado.
Además las actuaciones están bien en la mayoría de los casos y genial en unos
pocos. El actor Marcin Dorocinski está realmente convincente al igual que
Witold Debicki, que da vida al jefe del protagonista, y Edward
Linde-Lubaszenko, el padre del protagonista, quien a pesar de no aparecer mucho
en la serie tiene un rostro, y lo maneja de tal manera, que consigue
transmitirnos un abanico de sensaciones según pasan los episodios.
Y ahora vamos con algún que otro comentario que alguno
podría catalogar como spoiler así que avisados quedáis. Llaman la atención algunas pinceladas críticas que aparecen en la serie en relación a la Unión Europea. El fervor “europeísta” se va extinguiendo poco a poco en Polonia.
Un dialogo que radiografía a la perfección la realidad actual de Europa.
Da risa, pero no hace gracia. Brillante. Es casi como un chiste, el contexto es
el siguiente, dos personajes en su hora de descanso van a comer a un puesto de
hamburguesas.
Personaje 1: ¡Oh, tanta belleza!, carne pura de vaca
criada al aire libre en los pastos verdes de Irlanda.
Personaje 2: ¿No tienen de la nuestra?
Personaje 1: La polaca se la enviamos a ellos y ellos nos
envían la suya. Y así funciona Europa.
Personaje 2: ¿Y no podría ser como antes cada uno con la
suya?
Personaje 1: Si, pero para qué, no tiene sentido. Europa
no sería necesaria.
Por otro lado tengo que resaltar la inherente reflexión
sobre la deontología del periodismo de la que somos partícipes en cada
episodio. Es cierto que es un drama llevado al extremo, pero ya sabéis que la
realidad supera con creces la ficción y esta historia, en toda su dimensión,
resulta totalmente cruda y convincente. Cuál es el auténtico deber del
periodista, hasta dónde se está dispuesto a llegar para cumplir la ética que
uno demanda, la soledad del periodista desacreditado, como algunas fuentes
intentan usar a los periodistas, el debate entre beneficio y periodismo, el uso
de otros compañeros de profesión para pasar información que tu medio no quiere
publicar…Si eres periodista como yo, esta es una serie que no te puedes perder.
Diego Martínez
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