Sin identidad


Es una buena serie. Con un gran reparto y cada vez me doy más cuenta de la buena cantidad de actores españoles buenos de este país. Esté España en crisis, la calidad está ahí, no todo se queda en Banderas, Bardem y cia. Hay algo más: desde Jordi Rebellón que ya me gustaba cuando era aquel médico antipático de "Hospital Central" (2000), a Lydia Bosch, que últimamente se había perdido un poco del mundo de la interpretación con tantos líos legales y no legales que la pusieron en el candelero de la mierda de programas de Telecinco hasta, por supuesto, el descubrimiento de Megan Montaner.


Salvo que la ficción de Antena 3, producida por Diagonal TV, se hace un lío con las fechas, no es una mala serie. "Sin identidad" parece subirse a la ola de la popularidad alcanzada por el escándalo de los niños robados, partiendo de esta base, pero en el fondo, es sólo un punto de salida (hay otro, que es el atentado del 11 S, en una trama paralela que no tiene mucho recorrido, la verdad), pues lo importante es la venganza, en una especie de remedo de "El Conde de Montecristo" de Alejandro Dumas.



La protagonista, María Fuentes (Megan Montaner), será dada por muerta y enterrada. Pero no, está viva y regresará como Mercedes Dantés a ejecutar su venganza, o bien, a hacer justicia. Sólo dos temporadas, 23 capítulos, aunque al final, hay un guiño para una continuación, que no sé si se rodará.
Sobre las fechas, el robo del bebé es de 1974 y la serie del 2014, lo que convierte a María en cuarentona, cuando en realidad Megan tiene actualmente sólo 27 años. ¿Por qué no poner la sustracción entonces en 1991, fecha en la que seguía habiendo además "tráfico" de bebés? Pues porque así no podríamos meter el dedo en el ojo al franquismo, cuando en realidad la gran mayoría de estos casos se produjeron en la transición y la democracia.


Sea como fuere, "Sin identidad" tiene intriga, también sexo y violencia, así que no es para todos los públicos, pero, sobre todo, unos personajes interesantes. Por supuesto, María, pero la que me ha ganado desde el principio es Amparo (Verónica Sánchez), mala por necesidad, lo que sufre y la vida que ha llevado, lleva y ¿llevará? ¿Qué será de ti, Amparo?


La historia se centra en una serie de niños robados a madres solteras por parte de un hospital religioso donde iban las que no tenían nada para ayudarles en el parto. Ahí fue robada Megan de cría y dada a una familia rica porque su verdadera familia era bien pobre y basurona y no podía hacerse cargo de ella, también es verdad que la monja principal (una estupenda Elvira Mínguez) no dudaba es esgrimir la excusa de la muerte de las criaturas para quedarse con ellas. Buenas personas (como podemos ver, ya que no dudan en robar a niños y venderlos) poblan la institución religiosa, la cual quiere sangrar a dinero y de paso buscar justicia el abogado interpretado por Daniel Grao, que es bastante guapo y no es mal actor y que busca, ya que estamos, tirarse a Megan. Me gusta el personaje del frikazo terrible en ordenadores interpretado por el simpático (a mí me lo parece) Eloy Azorín y también me resulta muy tierno el hecho de que cuide de su hermano disminuido mental


y que la prota sea buena gente (esta de verdad, no uso el sarcasmo de antes) y ayude en una organización de inserción social para gente con estos problemas. Me agrada la serie, aunque me aburre un poco y si bien es verdad que me animaría más ver una peli hollywoidiense con algo de chica (cosa difícil), no está mal.



Me gusta que las teles españolas se gasten dinero en hacer series de calidad y que actores como Tito Valverde, Rebellón, Bosch y cía sigan mostrando lo buenos actores que son y tengan papeles buenos en lugar de estar olvidados. Por otro lado, Miguel Ángel Muñoz, cada vez me cae mejor (tremenda la cagada que tuvo hace años diciendo lo mucho que le ponía la presentadora de Cuatro, Luján Arguelles en pleno programa, pecando de inocentón, se ve que aprendió) y me parece un tío solvente, aunque no muy expresivo y espero, de verdad, que cada vez se invierta más para hacer más grande el cine de nuestro país. De un tiempo a esta parte soy un firme defensor de él (por la cuenta que me trae, también) jajaja.


Producto televisivo, que ha querido seguir la estela de "El principe" que se parecen tanto como un jamón de bellota español y uno chino (los hay).
Como también hay directores que aún no saben que se puede narrar y filmar usando los silencios para contarnos una história. ¿Por qué en la mayoría de series españolas los diálogos suceden sin ton ni son, atropelladamente, de tal manera que parece un mercado de venta "al grito"?.
En esta serie (y muchas más españolas) parece que los actores estén esperando a que termine el otro para soltar rápidamente lo que se ha aprendido de memoria hace 5 minutos en el camerino. Así no, señores, así no.




Expresividad. Fuerza. Tono de voz, una buena historia (que a priori tampoco lo es) y con una buena dirección tendremos una buena serie.
Ah, la analogía y el cameo con Edmund Dantés, "El Conde de Montecristo", es un insulto al Sr. Alejandro Dumas, que debe estar revolviéndose en la tumba.
axlyerin

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