Muerte en el Nilo (Death of the Nile)

 


Sinceramente, creo que Asesinato en el Orient Express es una joya y una de las películas más infravaloradas de los últimos años; no solo es una gran adaptación de una novela de Agatha Christie (y como tal, un gran whodunit y reflexión sobre lo peor del ser humano), sino que es toda una obra de arte cinematográfica: la meticulosa dirección de Brannagh, la impecable fotografía, la ambientación, el reparto de lujo…en definitiva, una obra maestra que merece más atención. Desde inicios de 2020 he colocado Muerte en el Nilo como una de mis películas más anticipadas. 

A la tercera va la vencida: 2022 y por fin llega a los cines tras múltiples retrasos y con polémica respecto a algunos miembros de su reparto.
Brannagh parece ser consciente que intentar hacer otra vez lo mismo es un suicidio creativo: primero, porque sería una copia de Orient Express; segundo, hace un par de años Rian Johnson puso este género patas arriba con Puñales por la Espalda, obligando a los que llegaran después a reinventarse también. Por eso Brannagh decide cambiar de enfoque y estilo, y triunfa con este giro.

Muerte en el Nilo es mucho más que un whodunit; es una cinta sobre la pasión, el amor los celos y los secretos. Se toma su tiempo hasta que tiene lugar la muerte de rigor, tiempo que dedica a desarrollar a los diversos personajes (he aquí algo que hace mejor que su predecesora; un reparto menos conocido, pero personajes mejor desarrollados y en los que se profundiza más) y subtramas que acaban confluyendo. 

En el ojo del huracán tenemos al personaje de Linnet (fantástica Gal Gadot que sale de su zona de confort). Pero no hay nada de qué preocuparse: cuando se comete el crimen, comienzan las pesquisas de Poirot y Muerte en el Nilo se convierte en una montaña rusa con más giros de guion que Juego de Tronos, y te tiene al borde del asiento, sin poder quitar los ojos de la pantalla. Hace caso a las “reglas” del whodunit y es fiel a la novela, pero a su gusto.
Y todo esto bajo el paraguas de la exquisita dirección de Kenneth Brannagh, que cuida todos los detalles (no sé cómo lo hacen él y Haris Zambarloukos que la fotografía es de otro nivel) y se asegura de que la película cuente con un estilo adecuado. Cabe destacar el enfoque oscuro y apasionado, así como la sensación de que Muerte en el Nilo es un filme de la vieja escuela adaptado a los nuevos tiempos y nuevas reglas de la industria.
Mira que me gusta el Poirot de David Suchet, pero es que el de Kenneth Brannagh es sencillamente maravilloso. En esta película, Brannagh lo hace más suyo todavía, profundiza en el personaje (ese bigote) de una manera soberbia. Y aún así no se olvida de los demás: Gadot y él son los más destacados, sin embargo, todos reciben el tiempo en pantalla y la atención que merecen, y que la historia requiere de ellos. 

Por mencionar a un par que me han gustado mucho, Emma Mackey y Annette Bening.
Por tanto sí, podemos concluir que Kenneth Brannagh lo ha vuelto a hacer: ha entregado una excelente adaptación de Agatha Christie y un ejercicio cinematográfico para rendirse a sus pies. Ya solo queda esperar que no deje de adaptar las historias de Christie; necesitamos más de éste Poirot.

©Slythwalker

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