camarada detective

A cada estreno tengo claro que cada vez difieren más los caminos de Netflix y los de Amazon, las dos productoras pioneras en el Streaming y en competencia directa. A la saturación de estrenos de la primera, Amazon opone un número de estrenos más ajustado, mide más y mejor las posibilidades de éxito de los mismos y no le asusta que les adjudiquen la, a veces peyorativa, etiqueta de productos minoritarios. A veces se equivocan, como con The Tick y con The last tycoon, ya cancelada, pero nadie puede negar que Amazon no es tan conservadora como Netflix en sus proyectos.

Comrade Detective (Camarada Detective) es la idea más original para una serie que me he echado al coleto en años. Te la venden como una serie rumana de los años ochenta que los productores de Hollywood han rescatado del olvido y han decidido lanzar al mercado subtitulada. Por eso vamos a encontrarnos con la curiosidad de ver a actores rumanos (chapó por todos ellos y sobretodo por la increíble química de la pareja de detectives de la fotografía) y, sin embargo, la voz que vas a oír son las voces de dos actores tan reconocibles como las de Channing Tatum doblando al detective Gregor Anghel y a Joseph Gordon-Levitt doblando a su compañero, Iosif Baciu. Lo aclaro porque puede que si buscas la sinopsis de esta serie en las webs de cine o tv, puedes encontrarte con el nombre de estos actores encabezando el reparto, pero cuando te pongas a ver la serie, no los veas aparecer por ninguna parte.

Que eso no te eche para atrás, Comrade Detective es muy divertida, especialmente sus dos primeros capítulos, hilarantes y que encadenan gang tan gang sin dar tregua al espectador. Admito que puede que la serie se haga repetitiva en su humor en el resto de episodios y vaya perdiendo originalidad y frescura. Creo que los propios productores eran conscientes del problema de que la broma se agotaría pronto y decidieron una serie corta, de seis capítulos de algo menos de 40 minutos.

¿De qué va? un Buddy film, pareja de detectives colegas en la Rumanía de los años ochenta. ¿Objetivo? darle la vuelta a la tortilla. A la descarada propaganda occidental de las series y películas de los años setenta y ochenta, Comrade Detective opone su pareja de detectives que luchan contra el mal, esta vez encarnado por el capitalismo. Cualquier espectador enseguida va a captar las continuas referencias a series como Miami Vice,  a películas como Amanecer Rojo, Rambo, Tango y Cash… y no sigo porque no pararía. Incluso se atreven en algún momento a reírse de aquellas OO7 que tenían a un villano comunista (Chapó ahí por la escena del casino clandestino y la femme fatale encarnada por la embajadora de EEUU en Rumanía)

Al margen de reírse de aquellas películas, la serie funciona por la increíble ambientación de la Rumanía de los años ochenta. No se menciona a Ceaucescu y ni falta que hace. Esos Dacia, esos trajes de pana, esas televisiones que en lugar de fútbol americano retrasmiten partidas de ajedrez (como lo lees) o esos policías enamorados de Nadia Comaneci.

Lo peor, insisto, es que, aun durando poco, acaba por volverse un tanto repetitiva. Al final, al parodiar a las producciones americanas de los ochenta, acaba volviéndose predecible como ellas. El policía duro y que se salta las normas, su compañero policía más “intelectual” y que se complementan, la otra pareja de policías con la que se gastan bromas, ese capitán de la policía rígido con las normas… incluso el final, cuando se desvela quien es el villano, acabas viéndolo venir de lejos de tanto haberlo visto antes.

Recomiendo sobretodo ver los dos primeros episodios, porque te vas a reír con ellos. A partir de ahí si te gusta, la serie no dura excesivamente, aunque creo que la calidad del resto de capítulos es inferior. Bromas sobre capitalismo, bromas sobre comunismo, bromas sobre el cine americano de los ochenta. Un humor más sutil de lo que parece, porque como decía Homer Simpson: “Es gracioso porque es verdad”

Diferente y original, que es lo mínimo que pido hoy día a una serie, que arriesgue y proponga. Chapó por Amazon y sus series minoritarias.

El laberinto de las series