Estoy vivo




TVE arranca su temporada 2017/18 con el estreno de 'Estoy vivo' este jueves 7 de septiembre y lo hace con los deberes hechos. Tras los últimos tropiezos en ficción ('Reinas', 'El final del camino', 'iFamily', 'La Pelu'), la cadena pública necesitaba un golpe en la mesa, como ellos mismos definieron este proyecto de la mano de Daniel Écija ('Águila Roja'), y, al menos con el primer episodio, lo han conseguido.

Sin salirse en exceso de la fórmula Globomedia (serie familiar, bar, humor cercano, relaciones complicadas...), 'Estoy vivo' sí supone un paso adelante en ese camino abierto por la productora con 'Vis a vis'. La productora se asienta ahora sobre una sólida imagen, una estética cuidada más cerca del estilo cinematográfico al que ayuda, indudablemente, una presentación de personajes sencilla pero muy bien resuelta gracias al trepidante inicio (con una primera media hora que no da tregua al espectador).


'Estoy vivo' gira en torno a Andrés Vargas, un policía que lo pierde todo al morir a manos de un asesino en serie. Pero no era su momento, por lo que podrá regresar a la vida, cinco años después, dentro de otro cuerpo. Con un don y bajo una condición, ser inmortal a cambio de no poder revelar nunca su verdadera identidad a sus seres queridos.


Andrés Vargas es un inspector de policía que muere cuando persigue al asesino en serie conocido como el Carnicero de Medianoche. Pero en vez de morir y ya, o de ir al cielo o al infierno, se despierta en un lugar de tránsito, una especie de universo futurista de ciencia ficción donde le comunican que, en realidad, no debería haber muerto y tiene la opción de regresar a la Tierra. Eso sí, lo hará en el cuerpo de otra persona, sin poder decir a ninguno de sus conocidos o familiares quién es, y con la supervisión de un Enlace, una especie de ángel que le acompaña en este trance. Así, Andrés regresa cinco años después de su muerte con el cuerpo de otro inspector, Manuel Márquez, que, para más inri, es el nuevo compañero de patrulla de la hija de Andrés.


Este punto de partida da como resultado una serie policiaca con tintes de drama familiar, pero sin dejar de lado, ni mucho menos, el sentido del humor. El cóctel resulta tan entretenido como interesante, logrando incluso que el toque sobrenatural juegue a su favor y no chirríe, pero es cuando explota su vena más desenfadada cuando mejor funciona.


Este peculiar punto de partida de Estoy vivo, la nueva serie con la que TVE quiere intentar recuperar parte de la audiencia perdida en los últimos años. Una apuesta arriesgada por la peculiar mezcla de géneros. Porque la serie arranca sin llegar a definir del todo su tono: comienza como un policíaco muy marcado para pasar después a incluir efectos visuales en el paso del protagonista por ese lugar de tránsito y combinar el drama con la comedia en el resto del capítulo.


Roberto Álamo y Javier Gutiérrez son los encargados de dar vida al inspector Vargas, quienes con su excelente interpretación logran no solo que resulte creíble que ambos interpretan a la misma persona en diferente cuerpo, sino que el espectador empatice rápidamente con su compleja situación. En este sentido Gutiérrez brilla una vez más, transmitiendo un sinfín de emociones en los 70 minutos que dura el capítulo.

'Estoy vivo' es un primer ladrillo sobre el que construir el resurgir de la ficción de TVE
Pero 'Estoy vivo' no se sustenta solo sobre él, sino que Anna Castillo y Alejo Sauras le dan la réplica, sacando elementos muy diferentes de su personaje. Tanto su joven compañera (e hija en secreto) como su 'Enlace' en la tierra destacan, lo que unido al buen hacer de Cristina Plazas y Jesús Castejón da como resultado un elenco solvente que consigue hacer pasar por alto otras intervenciones menos inspiradas.

Aún con los defectos que arrastra (excesiva duración, lugares comunes, flashbacks innecesarios), 'Estoy vivo' se merece reconciliar al público con TVE. La cadena pública demuestra haber aprendido de sus sonados fracasos y encara una nueva etapa en la que esta ficción es un primer ladrillo sobre el que construir, al que le seguirá próximamente 'Traición' en esos cimientos.
'Estoy vivo' es una propuesta original y arriesgada, envuelta en una excelente factura, que funciona muy bien en conjunto. El episodio piloto cumple como buena presentación de personajes, trama y mitología, y se guarda varios ases en la manga que a buen seguro enriquecerán a la ficción con el desarrollo de los mismos. El público debe responder, esta vez sí.



Aunque la mezcla suene extraña, el resultado funciona bastante bien y el primer episodio invita al espectador a continuar para saber por dónde irá realmente la historia y cuál será finalmente el tono de la serie. El arranque es suficientemente entretenido como para enganchar (como en todas las series españolas, sobran minutos, aunque en este caso no es un problema demasiado acuciante). Las interpretaciones, con Roberto Álamo en los primeros minutos, Javier Gutiérrez, muy bien en un papel que le encaja a la perfección, Alejo Sauras y Anna Castillo, elevan la serie. Y la producción, a cargo de Globomedia, está muy cuidada. Estoy vivo invita a tener paciencia para descubrir hacia dónde quiere ir y que le dejemos tiempo para descubrirse a sí misma. Estoy vivo quiere vivir.

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