Fangar



Islandia se puso en el mapa del adicto a consumir series con aquella pequeña joya puro nordic noir que era Trapped. Estrenada hace ya dos años, Islandia nos vuelve a entregar otra serie, algo inferior a aquello, pero tan interesante como adictiva como fácil de ver.

Fangar, que podría traducirse algo así como “Presas” es una serie mitad thriller, mitad serie carcelaria. Ambientada en la única cárcel de mujeres que hay en Islandia. Un género muy de moda, así a bote pronto es la cuarta serie actual que se ambienta toda o parte de ella en una cárcel de mujeres. A la española Vis a Vis, sumar la americana Orange is the new black o la australiana ( y la que inauguró el género) Wentworth.

Sobre eso, debo ser sincero y admitir que los personajes de las reclusas de Fangar se parecen bastante a algunos de aquellas series. Para compararla con la más conocida de todos, Orange is the new black, diré que una reclusa pija, de la alta sociedad, Lisa, entra en prisión, (Piper Chapman) hay una cocinera, Loa, que tiene un rol similar al de “Red” Rednikov, o una yonkee medio trastornada, Brynja, estilo Nicky Nichols.

Hasta ahí los parecidos. Fangar no concede espacio al humor negro. Es un thriller que se centra en el personaje de Lisa, la hija descarriada de una de las más ricas familias islandesas, encerrada por agredir y casi matar a su padre. Lisa es la oveja negra, drogadicta, alcohólica y con trastornos mentales. Contrasta con la perfecta hija mayor, Valgerour, parlamentaria que aspira, mediante un golpe de mano, a derribar al líder de su partido político y a la par presidente de Islandia. Una familia feliz, aparentemente feliz, un padre rico, una madre centrada en las obras de caridad, y una hija que aspira a ser la primera mujer presidente de Islandia, pero los secretos que tiene Lisa sobre la clase de familia que realmente es la suya, amenazan con derribar todos estos proyectos y la fachada de familia perfecta.


De nuevo una serie nórdica que se ambienta en lo peor de esas sociedades que tenemos tan idealizadas. Poder político y económico de la mano, políticos ambiciosos y sin escrúpulos como los nuestros, clases bajas, con familias desestructuradas, madres solteras con problemas de drogas etc. Un nuevo acercamiento a los parias de los países nórdicos.

Lo más llamativo es el tipo de prisión que recrea la serie. Tan extraño, que en los dos primeros capítulos me hizo dudar de que no estuviera viendo un thriller futurista. Una cárcel donde una reclusa abre el frigorífico, coge un refresco y se lo toma como si estuviera en la cocina de su casa, da que pensar. Esas habitaciones individuales que no son celdas, esas reclusas reunidas en torno a una mesa riendo y discutiendo como si fueran compañeras de piso en lugar de presas. Luego ya iremos viendo la valla metálica que circunda el edificio, o a los funcionarios de prisiones. Aún así, llamativo que Islandia, el país más seguro de Europa y con menos porcentaje de presos en relación a su población, tenga una única cárcel de mujeres con la seguridad tan laxa y que casi hace que las reclusas gestionen por completo el día a día. Por supuesto un tipo de prisión que no es viable en el resto del mundo, como mayor número de presos.



El secreto de la familia de Lisa, tampoco puedo decir que sea original, pero sí que está contado de forma directa, sin recurrir a giros de guion, desvelando cada cosa en su momento oportuno, con un dramatismo bien conseguido, con buenas interpretaciones y un final cerrado con satisfacción en una serie de seis episodios de cincuenta minutos que atrapan al espectador. No hay Spoiler en este post, quien quiera conocer el secreto de la familia les invito a ver Fangar.

No es tan espectacular como Trapped con su pueblecito nevado aislado del resto de Islandia y sus asesinos, pero es la mejor serie nórdica que he visto en más de medio año.
El inesperado éxito de la helada serie islandesa “Atrapados”,  incluso en nuestro país, ha puesto a la isla del Atlántico en el radar de muchos seriéfilos, que han buscado títulos anteriores como “Hraunid” o “Hammarin” de los que les hablamos en su momento en nuestro rincón de series remotas de los lunes.



El reto principal lo tenían en la siguiente serie que iba a seguir los pasos de la triunfal “Atrapados”, siempre teniendo en cuenta que la modesta economía de la televisión publica islandesa les permite como mucho hacer dos o tres series al año, por lo que deben acertar de pleno en cada inversión.

La elección recayó en Fangar (Prisioneras) una serie con un tono completamente diferente al de su predecesora, al estar ubicada en la única prisión femenina de la isla, un establecimiento de bajísima seguridad situado en la capital Reykjavik, que ha conseguido despertar el interés de muchos países incluida España, donde está prevista su emisión este otoño en el canal Sundance, en una propuesta interesante que les vamos a analizar seguidamente.




La trama: Linda es la hija menor de una poderosa familia islandesa, con numerosas conexiones políticas y financieras, que es acusada de atacar salvajemente a su padre con un palo de golf, por lo que es enviada directamente a la única prisión femenina del país, mientras su padre se debate entre la vida y la muerte en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Reykjavik

Ese acto va a cambiar la vida de toda su familia, en especial de su hermana mayor Valgerdur, una política muy ambiciosa que aspira a algo más que ser diputada en el parlamento islandés, como muestra el trailer subtitulado de la serie.

La trama tiene dos elementos principales, la entrada de Linda (una excelente Thora Bjorg Helga) en la prisión y su adaptación a la vida carcelaria en Kopavogur, un centro que no se parece en nada a las prisiones que vemos por todo el mundo.

protaVivir en ese recinto se asemeja más a vivir en una residencia comunitaria vigilada, sin rejas y con las escasas reclusas de todo el país, seis en total, colaborando en todas las tareas comunitarias, bajo una supervisión muy laxa de los guardianes, en una clara apuesta por la reeducación y la reinserción en lugar de la represión.

El choque entre una pija malcriada y caprichosa de buena familia islandesa y el resto de reclusas alimenta la primera mitad de la miniserie, descubriendo que casi todas están allí por tráfico de estupefacientes, con roces constantes, pero sin llegar ni de lejos a las dosis de violencia habituales en este tipo de ficciones, hasta que es aceptada por el resto de reclusas.

En paralelo, tenemos la investigación de las extrañas circunstancias del ataque a su padre y sus influencias en la carrera política de su hermana, que va destapando oscuros secretos de familia con bastantes giros y sorpresas concentrados en la segunda mitad de la miniserie, que pasa de ser de ámbito carcelario a un misterio policial y judicial para determinar la responsabilidad de la pobre Linda.



Creada y escrita por tres guionistas islandesas (de izq a der) Mar­grét Örn­ólfs­dótt­ir, Unn­ur Ösp Stef­áns­dótt­ir y Nína Dögg Fil­ipp­us­dótt­ir y dirigida por Ragnar Bragason ( arriba, derecha) , sus tres autoras les dan un marcado matiz feminista, al explicarnos las diferentes circunstancias por las que las mujeres se encuentran en prisión, siempre causadas por hombres que las engañan o traicionan.

guionistasAdemas dos de los autoras, Unnur y Nina, son dos de las mejores actrices islandesas y se han reservado los papeles de las dos reclusas mas cercanas a la pobre Linda, la primera como su mejor amiga y la segunda como la jefecilla de la prisión con la que choca desde su entrada.


Viendo la temática, debo reconocer que la empecé de manera algo reticente, porque me esperaba una serie carcelaria al uso, tipo “Orange is the New Black” o “Vis a Vis” a la islandesa, pero la sorpresa fue comprobar que  la división de las tramas entre las de las reclusas y las de la familia de la reclusa, la hacían una serie muy interesante con una visión muy diferente de una prisión, mas intimista y bastante mas realista que muchas ficciones que apuestan mas por las reglas y tramas habituales del genero carcelario.


La trama exterior política nos permite conocer aspectos interesantes de la política islandesa y sus equilibrios de poder, en una linea bastante “borgeniana” como corresponde a su cultura islandesa.


Al ser solo seis capítulos se ve rápidamente sin que la tensión decaiga en ningún momento, hasta llegar al final donde cierran todas las historias principales de forma bastante correcta y que seguirán en una 2T. 
Por ello cuando se estrene en nuestro país este otoño en el canal Sundance que ya lo ha anunciado en sus promociones de prensa, le pueden dar una oportunidad, si buscan algo exótico y diferente a lo habitual.



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