Mediterráneo

“Mediterráneo” de Marcel Barrena es una película tan maravillosa y necesaria como la figura de la que nos habla: Óscar Camps, el fundador de Open Arms. Imprescindible porque tanto la película como el hercúleo personaje sobre el que versa sólo piensan en salvar vidas; pero también, de paso, en cambiar las nuestras y romper nuestros angostos esquemas de pensamiento.

La obra maestra de Marcel Barrena logra lo mismo que el propio Óscar Camps: arrancarnos violentamente de un tirón la venda que voluntariamente nos hemos puesto en los ojos todos los ciudadanos de la UE para mostrarnos el crimen de lesa humanidad, el auténtico genocidio por omisión, que estamos perpetrando en un Mediterráneo ahíto de cuerpos humanos ahogados, paradójicamente intentando salvar la vida.

Los europeos hemos decidido ser sordos, ciegos y desconocedores de la ley, hemos externalizado el tratamiento de las migraciones dando dinero a dudosos gobiernos para que “controlen” las fronteras y hemos dejado a los seres humanos morir en nuestras costas impertérritos, sin que movamos un dedo para evitarlo o nos importe lo más mínimo.

A mí me embelesa la película de Marcel Barrena como me embelesa la figura de Óscar Camps, uno de los más grandes personajes mundiales del siglo XXI al que le he escuchado decir cosas que para mí ya son míticas (recomiendo a todo el mundo la entrevista colgada en Youtube que el gran Aimar Bretos hizo en la Cadena SER a Óscar Camps el 15 de Agosto de 2019, porque no he vuelto a escuchar nunca nada igual). Allí escuché a Camps decir que no le importaba que lo tomaran por un delincuente o pudiera terminar preso porque “De la prisión se sale, del fondo del mar no”. O cuando afirmó que “La legalidad internacional y marítima la cumplimos nosotros, son los gobiernos los de la UE los que se la saltan a la torera”.

La película es muy fiel al espíritu del enorme personaje del que nos habla mientras nos cuenta los orígenes de la imprescindible Open Arms, que llevó la solidaridad con los migrantes desde Badalona hasta Lesbos y más allá. Un Camps interpretado por Eduard Fernández de una forma prodigiosa, convirtiéndose en él mismo con un mimetismo gestual soberbio, pero no vamos a descubrir ahora la magnitud interpretativa de Eduard Fernández.

Inmensa también, como siempre, una Anna Castillo cada día mejor interpretado a Esther Camps, la hija del fundador de Open Arms. Anna Castillo es la actriz que más y mejor ha evolucionado delante de la cámara, que ha pasado de ser una simple dudosa promesa a convertirse en un rostro necesario en nuestro cine y a la que cada día idolatro más y más.

También espléndido Dani Rovira como Gerard, el amigo inseparable de Óscar Camps y cofundador e Open Arms. Y un siempre solvente Sergi López como el jefe de la empresa donde trabaja Camps en Catalunya.

La dirección de Marcel Barrena es espléndida, sabiendo conjugar en todo momento tiempos y montajes acordes a los mismos, con una solvencia y una producción totalmente impecable. Un profesional que deja hacer a su superdotado elenco de actores y que empuja la trama en lugar de obstaculizarla con ninguna pretensión de destacar.

© Sergio Berbel


 

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