Todo ha ido bien (Toute s'est bien passé)

François Ozon o acierta de lleno o se equivoca catastróficamente, no hay punto intermedio. Ya no sólo por hacer directamente una mala película, como puede serlo 'Ricky' (2009) o por tratar un tema polémico que se encuentra en ese momento en el punto de mira de la sociedad de forma descuidada, sensacionalista e incluso dañina, como pasó con su pésimo tratamiento de la transexualidad en 'Una nueva amiga' (2014). Cuando Ozon acierta, nos entrega obras elegantes, provocadoras a nivel visual y sumamente inteligentes, sin llegar a desfasarse ni a mostrar más de lo necesario. Bueno, pues aquí acierta. Vaya si acierta. Esta posiblemente sea su película más madura y accesible, y haber conseguido eso con un tema tan incómodo es para aplaudir su labor como director. La película es una adaptación del libro autobiográfico del mismo nombre de Emmanuèle Bernheim (1955-2017), donde describe el duro proceso emocional por el que pasó para ayudar a su padre de 85 años a conseguir la...