despedidas

Se movía como por el salón de su casa. Era alto, delgado aunque fornido. Se le notaban las horas de gimnasio. Vestía muy desigual, no de esa marca, vestía en cada parte de su indumentaria un estilo distinto. Pantalón pitillo y camiseta surfera, con chaqueta de Boss, en fin, un Mix, que diría su amiga Juva, a la que, por cierto, hace tiempo le perdió la pista. Estaba, Juva, muy arrimada a los movimientos antisistema, más que nada por lo que significaban en la actual situación de la cultura, ya que ella a contestataria no le ganó nunca nadie. Bien, ese es otro tema. A lo nuestro. Esa parsimonia en el andar denotaba un control de la situación, no daba un paso sin haber previamente fijado el anterior como si de la pasarelas del Darro se trataran las baldosas de la acera de la calle Reyes. Se dirigía a Plaza Nueva, paso previo a su destino, el Albaicín bajo y en éste la casa de Pedro. Tenía que contarle de viva voz lo que le había pasado. Estaba en su casa, leyendo con la v...