¿22 o 13 capítulos por temporada?

 

Puede tener una vertiente meramente económica y de reducción de riesgos, de tal forma que, en el caso de juego de tronos por poner un ejemplo, una temporada de 22 episodios supondría duplicar el presupuesto, con el riesgo de que la gente se canse y la vaya dejando de lado a la mitad, sobre todo con la expansión de las tecnologías que permiten más canales de TV, tanto por internet como otros adelantos a la hora de filmar y retrasmitir que no había hace diez o quince años, para más público con más series, más formatos. En definitiva mucha más competencia. Imagínate que coinciden en algún punto las temporadas de Juego de Tronos con las de The Walking Dead, por decir las dos con más público. Con la falta de tiempo que tenemos todos (trabajo, estudios, niños, comidas, limpieza, reuniones, salidas con los amigos, ver el partido de fútbol el fin de semana en TV y otros tipos de ocio diferentes a las series) lo mismo nos tocaría tener que elegir entre ver uno o ver otro (¿no es mosqueante que nunca estén las dos al mismo tiempo en antena, aunque sea en días diferentes?). Se acierta al hablar de la necesidad de muchas series diferentes para tratar de llegar a públicos diferentes. Por ejemplo, si ya estás acostumbrado a darle al botón del mando de la HBO por Juego de Tronos, quizá te enganches a otra serie que venga detrás, el mismo día a la misma hora u otro día pensando en que tengan la misma calidad (igual que pasa con las series en España: tipología de series de Tele5, tipo de comedias más familiares, nada que ver con las series de A3, que parecen mirar más al mercado americano y de temporadas únicas, o de TVE, que parecen ir más al estilo BBC de culebrones con fondo histórico o de época), al tiempo que esa serie atraiga a gente que no está interesada en Juego de Tronos.


Igual que se dice con el tema de contratar grandes estrellas: no es lo mismo pagar a estas estrellas por 10 capítulos que por 22 (aunque en el fondo tampoco hay tantas grandes estrellas, más bien parecen estrellas que se están apagando, a excepción de miniseries de dos capítulos o telefilms destacados). Así encuentras a Helen Mirren, Al Pacino o a Kate Winslet en miniseries puntuales, Julia Roberts en personaje secundario en una miniserie puntual con un tema puntual que si le da un premio queda estupendamente, si no se lo da también por el tema de la serie y si la serie es una mierda ella sólo es una secundaria. Y Meryl Streep, Robert De Niro, Brad Pitt o la Jolie ni se acercan. Págalas el sueldo de una película por cada capítulo y lo mismo sí que van, o lo mismo no porque si puedes verles en la TV lo mismo no te quieres acercar al verles al cine (razón por la que los de Friends, sobre todo Jennifer Aniston que mira que lo ha intentado, no ha tenido éxito ni la han ofrecido papeles interesantes porque, total, con la de veces que reponen Friends, ¿para qué voy a salir de casa y pagar una entrada para verla en algo que puede que no me guste?), y el cine les supone menos exposición que un capítulo semanal. Sin embargo, sí te encuentras a estrellas en horas bajas como Glenn Close, Ted Danson, Kevin Costner (con una miniserie), Matt Dillon o Lawrence Fishburne, y me atrevería a decir Jessica Lange (por edad mayormente, ya no la contratan, que no hace una película desde mucho antes de empezar American Horror Story). Son actores que ya no acercan a nadie al cine y la TV es un refugio para seguir ahí ganando pasta.


La excepción sólo es Kevin Spacey, pero por lo visto ese dinero le permite hacerse cargo de la dirección del teatro londinense y de la compañía en la que está con Sam Mendes. Algo parecido decía la Verdú, que gracias a la porquería de Canguros y la publicidad de lencería podía permitirse hacer las películas que le diera la gana, como La Buena Estrella o Y Tu Mamá También.



Por otro lado, con la dificultad del mercado TV y los elevados costes de muchas series, se haría inevitable la necesidad de venta del producto a otras cadenas, sobre todo en el mercado internacional. Intenta colarle una serie de 22 capítulos con un coste muy elevado, y por lo tanto con la necesidad de un elevado precio, a una cadena española o alemana de una serie que puede que no funcione y se acaben comiendo los 22 capítulos, mientras que si son 10 puede que haya menos gente que se desenganche y que puedan tratar de rentabilizar algo con los primeros capítulos o largarlos a canales secundarios, y si no sale largarlos de un tirón como ya hizo Cuatro con Roma o como pasó con Espartacus.

Publicado por: Angel | 28/08/2015

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