Kalifat


Si buscas algo divertido, esta no es tu serie. Ya aviso de antemano que Kalifat es un asfixiante thriller dramático que deja muy mal cuerpo. Y lo hace porque nos habla de algo terrible que está sucediendo actualmente en nuestra sociedad. Sí, es una serie sobre terrorismo, pero lo más inquietante es como se introduce el elemento del fanatismo religioso entre los adolescentes de países europeos. En este caso, la acción sucede paralelamente en Suecia y Siria.


En Suecia tenemos a una agente de policía que intentará por todos los medios detener un inminente atentado del ISIS. Para llevar a cabo su investigación, deberá enfrentarse a sus superiores, arriesgando su carrera y su vida para lograr las pistas necesarias que destapen el entramado terrorista.


En Siria tenemos a su confidente. Una mujer normal, madre de un bebé y esposa de un talibán, que se convertirá en espía a cambio de la promesa de poder escapar del país. Cualquier movimiento en falso le puede costar la vida si es descubierta. En Kalifat tenemos a dos mujeres unidas, a través de una línea de teléfono, que por razones distintas pueden salvar cientos de vidas.


Kalifat es una serie llena de intensidad. Tras un inicio algo caótico y deslavazado, a medida que avanzan los capítulos, sientes como la situación se vuelve cada vez más tensa y peligrosa, logrando transmitir al espectador esa sensación constante de angustia. Es inevitable sufrir por la maldad que profesan unos y por la insensatez de otros. En los primeros capítulos, hay giros dramáticos muy previsibles, pero la cosa mejora en los siguientes.


Pero más allá de esos momentos de acción y suspense bien elaborados, lo más interesante de la serie es su acercamiento al tema del adoctrinamiento ideológico de las chicas adolescentes que son captadas en Europa para llevárselas a Siria. Suelen ser inmigrantes musulmanes de segunda generación que no se sienten plenamente adaptados ni arraigados culturalmente al país donde residen. Ya sea por su entorno social o económico, o por la discriminación que hayan podido sufrir por su procedencia, termina radicalizándose en su acercamiento al islam.


Es un tema que hace poco trataron los Hermanos Dardenne en su película El joven Ahmed (2019). Fue un film aclamado por la crítica que a mí me pareció demasiado superficial y naïf. Por suerte, Kalifat, sin perder nunca de vista su enfoque como producto de entretenimiento para todos los públicos, ahonda mucho más en las razones y en los porqués que los afamados directores belgas.


La visión poliédrica que ofrece Kalifat del asunto me parece bastante acertada, aunque es cierto que deja muchos asuntos en el tintero que darían para otro debate de carácter más político. No pretende ser un análisis exhaustivo del terrorismo, pero sí muestra con valentía el funcionamiento de las redes de captación de jóvenes en busca de un paraíso inexistente.


La serie sueca Kalifat es un interesante y emocionante thriller dramático. Tiene muchos momentos de suspense y tensión, y termina dejándote bastante mal cuerpo por el tema que trata. Está creada por Wilhelm Behrman y Niklas Rockström, y su director es el realizador bosnio Goran Kapetanovic.


La serie aborda con valentía la captación de jóvenes por parte de grupos terroristas, así como su adoctrinamiento y radicalización ideológica. No deja de ser un producto de entretenimiento, pero también te invita a la reflexión.


Kalifat posee un ritmo narrativo adecuado y una atmósfera asfixiante. El reparto también realiza un gran trabajo, destacando la entrega de Gizem Erdogan, Aliette Opheim y Amed Bozan. La serie es una buena opción para los que busquen aunar la diversión de una ficción con la observación del mundo real que nos rodea.

Daniel Farriol

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