La hija

Tras levitar por encima de mis posibilidades con “La hija”, estoy en condiciones de afirmar que, para mí, Manuel Martín Cuenca es el mejor cineasta de la historia del cine andaluz. No sólo por lo demostrado en sus primigenias “Malas temporadas” o “La flaqueza del bolchevique”, sino desde que se refundó a sí mismo e inició un periplo por Andalucía que ha marcado nuestro cine y a quienes lo amamos para siempre. Comenzó dicha gira andaluza por “La mitad de Óscar” donde convirtió Almería en un personaje ineludible de la trama. Reflejó la gélida alma granadina en “Caníbal”. Supo captar la artificial esencia de Sevilla en “El autor”. Ahora nos ha llevado a la Cazorla jiennense con “La hija”, legándonos de paso su gran obra maestra y su cumbre de madurez como cineasta. Para mí, la película del año con permiso de “El buen patrón” de Fernando León de Aranoa. Estamos en presencia de un thriller seco y agreste que, a partir de un cierto momento del metraje, torna a t...