operación marea negra

 


Ni chicha ni limonada.

Lo mejor que se puede decir de la serie es que cuenta una historia y que esa historia, además de estar basada en hechos reales, es interesante, curiosa. Lo mejor que se puede decir de la forma de contarla es que es aseada, que se hace amena por la variedad de enclaves geográficos y argumentales por los que transcurre; que no está exenta de dinamismo, aunque su dirección sea un tanto nerviosa, sin sentido del ritmo. También se puede afirmar que tanto técnica como visualmente es más que correcta.

Poco más a favor de la serie se puede decir. Su guion es como una línea recta, sin giros, sin curvas, sin sorpresas, sin un diálogo que se salga de la más absoluta normalidad, todo eso a pesar de que salta de un lugar a otro constantemente. Todo es rutinario, previsible, monocorde, El guion es como un coche circulando por carretera en línea recta, pero que si hace falta ese coche atraviesa un lago, porque las explicaciones de lo que pasa brillan por su ausencia, te las encuentras porque sí, porque están en el guion, porque hay que llegar a ese punto, por más que no sepamos cómo se llega.

No se sintoniza en ningún momento con unos protagonistas mal perfilados, que en algunos casos (los policías) ni siquiera son presentados con un mínimo de cortesía al espectador, no sabemos ni quiénes son, ni donde viven, ni por donde van, aparecen en cualquier lugar para explicarnos la trama, pero da la sensación de que no participan en ella. Por eso no se acaba de conectar con la historia, no se consigue impregnarla de verdadera tensión, transite por el género (hay una mezcla algo extraña) que transite. Interpretativamente tampoco destaca en ningún aspecto, con un Álex González que no está mal caracterizado, que se esfuerza interpretativamente, pero que no consigue envolver a su personaje (el guion no lo ayuda y tampoco el acento gallego, que siendo más que correcto, a veces es muy acusado y en otras mucho menos), otorgarle singularidad.

Quizá lo peor del guion esté en todo lo relacionado con los investigadores policiales, de los que no conocemos absolutamente nada, de tal forma que si los cambiaran por otros de una secuencia a otra casi no nos importaría. Y además no nos explican sus pesquisas, más bien nos informan, como si fueran las noticias de un telediario, por donde van los tiros. Hay un momento especialmente tosco, cuando los policías encuentran al submarino, justo en el punto en el que iban a descargar la mercancía, en medio del Atlántico. Sale el submarino y ahí están esperándolos. ¿Cómo han llegado hasta ahí? ¿Por qué saben que el submarino está ahí? No te lo explican, lo sabía la guardia civil te vienen a decir un poco más adelante. El sumergible se escapa como si nada, porque sí, sale corriendo y ya no lo pillan. Sabían que estaba allí pero después de verlo ya no saben dónde se ha metido. Hay más detalles como ese, pero tampoco es cuestión de extenderse más, que lo que trato de decir es que la trama parece que no acaban de saberla ni los guionistas. Es como si no hubieran sabido ensamblar los acontecimientos que acontecen entre los distintos hechos reales que se conocen.

En definitiva, la serie carece de fuerza, de una mínima esencia que le confiera verdadera personalidad, pero se ve bien (de hecho, la he visto casi de un tirón), entretiene.

©East

 

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