La Jefa

 


Es una película de rango suspense psicológico, que con muy buenas intenciones y un planteamiento interesante quizás no llega al fondo del corazón del espectador.
Cuesta un poco entrar en la película. Los primeros minutos en la presentación de los personajes hay escenas de cama, ilusionados jóvenes que quieren triunfar en sus respectivos trabajos, y una mujer que se ha forjado tanto a sí misma como a su prestigioso negocio de moda de vestidos de novia, tan sólido como su aspecto.
La temática es un duelo de traiciones o extorsión femenina: ambas mujeres protagonistas tienen sus propios anhelos, deseos e inquietudes en las que apuestan tan a fondo que no les importa lo que arriesgan en sus vidas. Van a por todas, aunque eso implique extorsión, mentiras, ilegalidades o aprovecharse de las carencias o deseos vitales de la otra. Ese es un buen planteamiento que, aunque recuerda mucho a “La hija” de Manuel Martín Cuenca, se va por otros derroteros.
Lo mejor de la película es Aitana, tanto en su aspecto como en su buen hacer y sobre todo su expresividad facial y corporal, que llega a mostrar eficazmente la solidez o dureza de una mujer segura de sí misma, plasmar la tensión, miedo y angustia de ataques de ansiedad, expresar la maldad en su cara. Es una mujer radiante que conquista la pantalla.
Igualmente las interpretaciones de Pedro Casablanc y María Fdez Prat lo hacen muy creíble, pero cuando alguno de los tres no están presentes la película pasa a recordar un poco al formato serie televisiva y quizás sea eso lo que no llegue al espectador.
En ese punto de no-enganche que queda al acabar de verla proviene de la sensación de que, teniendo un buen planteamiento y tan buenos actores, es como si la película parece que promete pero nunca acaba de implicar al público del todo. Al mismo tiempo es bastante predecible, con la muestra de elementos que ya te dan pistas muy certeras de lo que va a pasar más tarde o para qué se van a utilizar, como un premio de costureros con la escultura de unas tijeras, alguien atado con cuerdas, alguien subiendo a una escalera de mano, quitándote el factor sorpresa tan disfrutable.
En cuanto a la música empleada en la película un muy buen punto es que toda es española, todas las canciones salvo una de ellas, con muy buenas elecciones, pero…. Que no acaba de encajar del todo con las imágenes a las que acompañan, con las que no acaban de encajar del todo, por el volumen un poco excesivo y porque quizás es una buena música para escuchar de forma independiente. La música cobra un protagonismo desmesurado con ese volumen o esa calidad y, como consecuencia, resta más que aportar.
En definitiva, es una película entretenida, que no está mal, pero que como suspense psicológico, como duelo interpretativo emocional, no acaba de pillarte hasta el fondo.
(C)Rapunzel

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