Ojos Negros

             
                     El verano en un pueblo de Teruel


Cada día está más claro el talento de los cineastas que estudian en las Universidades catalanas las carreras de audiovisual o cine, ya sea en las privadas especializadas en el séptimo arte como Bande á part o ESCAC o la pública Pompeu Fabra. Uno de los ejemplos es el de esta película dirigida por cuatro estudiantes de esta prestigiosa facultad pública, que como trabajo final de carrera nos presentan una historia sencilla, que transmite mucho en un corto metraje, y que está triunfando en todos los escenarios en donde se ha proyectado, desde su presentación en el pasado festival de cine de Málaga en donde ganó el premio a la mejor película de la sección Zonacine, pero también fuera de nuestras fronteras en el Bafici de Buenos Aires y hace unos meses en el D´A de cine de autor de Barcelona. Además, tuvo una proyección a principios de este mes en Es Baluard, el museo de arte moderno y contemporáneo de Palma de Mallorca, formando parte de las proyecciones en esa ciudad del Atlántida Film Fest 2019.



 
La película tiene mucho en común con otras películas españolas recientes, en especial "Verano 1993 ( 2017 )" y "Júlia Ist ( 2017 )", por su sencillez, por funcionar más por lo que no cuentan que por lo que escuchamos en sus diálogos, y que tiene un magnífico arranque con un prólogo que mantiene la cámara en una adolescente, Paula, que escucha la discusión de sus padres, que usan a la menor para tirarse los trastos a la cabeza, en un proceso tan habitual en la sociedad actual como el de una separación matrimonial.
Desde ese momento la historia se traslada al pueblo turolense de Ojos negros, que da título al proyecto, en donde la niña pasa el periodo estival junto a su tía y abuela, y tiene que integrarse en ese grupo de niños y niñas a los que no conoce. La película es emotiva y está muy bien filmada y pese a su bajo presupuesto logra transmitir la esencia de lo que puede ser una historia real, de mucha gente que pasa el mes de Julio o agosto, o ambas, en un pueblo rural después de todo el invierno en una capital, en este caso la protagonista en Zaragoza.




 La película dura poco más de una hora, y en ese tiempo cuenta una historia con inicio y final, y que contado poco logra transmitir mucho, con el punto de mira en esa joven aragonesa. Un acierto la elección de Julia Lallana, hermana de una de las directoras del proyecto, y que se mueve de manera natural, logrando emocionar en los momentos más dramáticos. Alba Alcaide también me convence en el papel de Alicia, otra de las jóvenes veraneantes de Ojos negros, y no tanto Anna Sabaté que interpreta a la tía de la protagonista, cuyo personaje está desaprovechado, en beneficio de centrarse en las niñas, lo que tampoco me parece mal, aunque me quedé con las ganas de conocer algo más de un asunto relacionado con la madre y la tía de Paula.
 


Una película recomendable a los que disfrutan con esas películas sencillas y que cuentan una historia que refleja la realidad de muchas familias actuales sin necesidad de tramas complejas ni grandes giros, apoyándose en un buen guion e interpretaciones.                                                                                                                       WILLY74

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