Paula (La historia real de Paula Becker)


Retrato de una emancipación artística y personal.

La historia real de Paula Becker, una artista extraordinaria adelantada a su tiempo que soñó con la libertad y el éxito en una sociedad de principios del siglo XX encorsetada a unas normas muy rudimentarias sobre la emancipación, da el nombre a la película alemana, Paula, dirigida por Christian Schwochow.


A principios del siglo XX, fundamentalmente en la Alemania rural, “las mujeres no pueden llegar a ser nunca pintoras”, según aduce el padre de Paula al inicio de la película, considerando una pérdida de tiempo y dinero, el deseo de su hija por dedicarse a tal disciplina, a la que no ve ningún futuro, no obstante, ante el empeño de Paula, accede a que estudie en una colonia de artistas de Worpswede bajo la dirección de Fritz Mackensen (Nicki von Tempelhoff). Una vez allí, la joven pintora se enfrenta a una comunidad artística que menosprecia e infravalora los dotes creativos de las mujeres. Parece ser que tener hijos era el único don para crear que se le reconocía a la mujer de provincias en la Alemania de aquella época y cuyo único papel en la vida era ser madre y esposa.





En una época donde la sociedad tiene una percepción muy rudimentaria de la emancipación, Paula rompe con los moldes establecidos y supera todas las barreras para mantenerse independiente a las normas y reglamentos. Frente a la percepción de los hombres por la representación veraz de la realidad y seguir fielmente los cánones artísticos del momento aparece la visión original, fresca y moderna de Paula. Una mujer fascinada con la imperfección que pinta lo que siente. Ese espíritu conservador de Worpswede fue defendido de forma firme y contundente por Fritz Mackensen, que más tarde se unió al partido nazi y fue considerado un artista respetado por los nazis.


En aquella comunidad artística situada en mitad del campo, Paula desarrolla una estrecha amistad con el matrimonio formado por el poeta Rainer Maria Rilke (Joel Basman), que quiere escribir un libro sobre la colonia, y la escultora Clara Westhoff (Roxane Duran). Los tres comparten unas mismas inquietudes artísticas diametralmente opuestas a las de la cerrada comunidad que el poeta considera mediocres. Al mismo tiempo Paula conocerá al que será su marido, el pintor paisajista Otto Modersohn, el cual sentirá cierta atracción y admiración por los cuadros de ella. Cinco años más tarde, tras la frustración de Paula en su matrimonio, tanto como artista como mujer, se marchará a París donde vivirá en un pequeño apartamento y asistirá a clases en una academia. Allí descubrirá que no es un bicho raro por su forma de concebir la pintura al conocer la obra de Paul Cézanne.



Una mujer adelantada a su tiempo que, a pesar de que tomó un camino difícil, siempre creyó en sí misma y en sus posibilidades, y tuvo que luchar no solo contra una forma de ver y concebir el arte sino demostrar su valía por el solo hecho de ser mujer. Con catorce años de creatividad artística, Paula Becker dejó una obra de 750 pinturas y unos mil dibujos. La obra y genialidad de esta excelente artista fue reconocida de forma póstuma y no solo es una figura clave cuando se estudia la transición del impresionismo al expresionismo en Alemania, sino que también fue el primer pintor al que se le dedicó un museo. Una pintora que impuso su propio lenguaje pictórico, con retratos aparentemente sencillos e infantiles, en busca de captar la personalidad de sus modelos con figuras grotescas para los ojos de sus contemporáneos.


Una historia tan increíble y maravillosa que lo primero que hace uno cuando terminas de ver la película es visitar el buscador google para ver si los hechos contados en la película fueron tal y como se describen. Una vez comprobado que realmente sucedió todo tal y como se cuenta en el film, la sensación es de fascinación por una mujer cuyo sueño fue conseguir la libertad y el triunfo. Para ello sacrificó su matrimonio, a pesar del amor de su marido, y decidió exiliarse a la ciudad de los artistas, París.


Indagando y leyendo más sobre Paula Becker descubro que ella fue más independiente y resuelta en su vida real que lo reflejado en el guión de Stefan Kolditz y Stephan Suschke. En la película Paula parece muy egoísta porque abandona a su marido y a la hija de éste para liberarse de ellos e irse a París, cuando lo cierto es que ella era una mujer muy viajera y ya había estado en la capital francesa anteriormente en un par de ocasiones con su amiga Clara como también lo había hecho para visitar Londres. Esto también significa que a Cezanne lo descubrió mucho antes y no bajo la compañía de su amigo francés. En cambio, si es cierto y se da la paradoja, que, gracias a la ayuda del dinero aportado por su marido por la venta de sus cuadros paisajistas, sufragó parte de su estancia en París y de su formación expresionista.



Paula desde el punto de vista técnico, es una película muy visual y magníficamente fotografiada por Frank Lamm, sobre todo la parte de la trama desarrollada en la comunidad alemana de Worpswede con sus bellos paisajes inspirados en sus cuadros, y desde el punto de vista narrativo, una historia de amor muy romántica y emotiva, más sabiendo que fue real. A destacar, la sensacional interpretación de la actriz suiza Carla Juri que refleja de forma muy natural ese carácter rebelde y de espíritu libre de Paula Becker. El resultado final es un emocionante retrato de una emancipación artística y personal.

Eduargil

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