Ben Is Back (El regreso de Ben)



Ben regresó... literalmente

Terminando de ver “Ben Is Back” (2018) de Peter Hedges con Lucas Hedges, Julia Roberts, Kathryn Newton, Emily Cass McDonnell, Courtney B. Vance, entre otros. Drama que sigue a una madre desesperada por rescatar a su hijo de las drogas… esta es una IMPRESIONANTE película de actores, cuyo relato tiene solo 24 horas para poner en la pantalla el amor, la esperanza, la redención y la realidad más horrorosa y cruda de la adicción a las drogas. El filme se narra como si fuera un mundo en otra galaxia, una bajada al averno, turbio, oscuro y sin esperanza, donde el flagelo es el único escape; es tan espantoso lo narrado, que horroriza identificarlo en el barrio más cercano.
Está más claro que el agua que Julia Roberts es la sucesora de Meryl Streep, ya se echaron un pulso en la brillante “Agosto”, el duelo interpretativo entre las dos fue una autentica pasada, madre e hija, a ver cuál de las dos podía más y el resultado es… Una pasada, de verdad.


Y llegamos a “El Regreso de Ben” y nos encontramos con interpretaciones MAGNIFICAS, así con mayúsculas y todo y un nuevo duelo: Roberts contra Lucas Hedges, pero está claro quién gana el pulso, aunque Hedges le echa toda la artillería a la película, el chaval es una máquina, la película funciona alrededor de las interpretaciones de Roberts y Hedges.


La historia de la película es de sobra conocida pero cuando se cuenta bien qué más da si es la historia de siempre vuelta a contar, pero a la manera del guionista/director que se propone contárnosla, y si es con un buen reparto apoyando la historia pues mejor que mejor. Courtney B. Vance y Kathryn Newton están también perfectos cada uno en su papel, él como el sufrido y paciente marido del personaje de Roberts y Newton con la triste hija de Roberts y hermana de Hedges, aparte de obviamente los hijos pequeños del matrimonio Roberts/Vance (y el pobre perro), daños colaterales de la historia madre/hijo de los protagonistas.




Insisto: Da igual los efectos especiales, da igual que la historia sea repetitiva, que ya nos la sepamos, si alguien quiere contarla a su manera, si alguien confía en auténticos buenos actores no hace falta más: Una buena historia, dura y realista y unas interpretaciones impecables, nada más que añadir.
La película está cargada de momentos muy duros, pero, al menos para mí personalmente, el más duro es la escena en el cementerio, aparte de cierta escena con cierto profesor de instituto.


Antes de terminar: Atacare de nuevo a los Estados Unidos, la Tierra de la Excesiva Libertad, tanta libertad que con el DNI y una receta del médico puedes acceder a opiáceos y drogas legales muy fácilmente, por no decir lo fácil que es dar el salto de drogas legales a ilegales, porque América está llena de barrios marginales en las que la forma de ganarse la vida es vender el alma al diablo y dedicarse a actividades poco legales con tal de conseguir la sustancia a la que se es adicto.
La historia de lo destructiva y dañina que es la droga será necesaria de ser vuelta a contar una y otra vez, una y otra vez hasta que se encuentre una solución.



Muy recomendable solo por las maravillosas interpretaciones de Julia Roberts, la heredera de Meryl Streep y Lucas Hedges, un chaval con muchísimo talento que por ahora ha tenido la suerte de no meterse en ninguna franquicia adolescente, buenísima señal del talento que tiene y de que lo que hace le gusta muchísimo. En definitiva: Una carta de amor al amor de las madres por sus hijos, un amor que las hace capaces de TODO por ayudarlos, por sacarlos adelante, por hacer lo imposible por salvarlos de cualquier maldad, de casi lo imposible, un mensaje maravilloso en una película de Navidad que no es la típica película de Navidad.



El final: Jodidísimo, durísimo, esto no es el final, solo el principio y aun así es casi seguro que el tema acabara muy mal, aun a pesar de todo lo muchísimo que luche el personaje de Julia Roberts por salvar a su hijo interpretado por Lucas Hedges.



Desde lo técnico, la historia no es original, no agrega nada al género de “filmes sobre drogadictos”, el mérito reside en cómo se narra, donde qué fue lo que pasó, la causa, es dicho en unas cuantas líneas que lamentablemente no fueron explotadas… al tiempo que muy elegante y sutilmente se nos dice lo que son capaces de hacer los drogodependientes por obtener el narcótico que en algún momento les quitará la vida. Lo terriblemente usual en este tipo de filmes, siempre ha sido ver el declive o le proceso del drogadicto, aquí eso no se ve, pero sí que se nota la esperanza arrolladora de una madre por salvar a su hijo, y en eso, el dúo Hedges/Roberts hace un gran trabajo con sus personajes, que explora la verdad de sentimientos demasiado cercanos, que llegan a tocar la fibra más sensible.



Ambos tienen un carisma único e irrepetible, donde Roberts se adueña de la historia, sin olvidar la gran promesa que es Lucas Hedges, que ya ha sido reconocido con nominaciones por La Academia y La Prensa Extranjera de Hollywood, aunque no por esta película, lo cual es una pena; porque Hedges se ha vuelto en un valor de la nueva juventud en Hollywood, tanto por su facilidad en los registros, como en lo histriónico de sus personajes, sin caer en sobreactuaciones ni impostados. Nuevamente, la trama está mil veces vista, y eso puede llamar al rechazo; pero si tienen la oportunidad de verla, podrán participar en ese viaje donde “Ben está de regreso”, y no porque volvió a casa, sino porque volvió a la vida, literalmente.

Álvaro Zamora Cubillo

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