La unidad



‘La Unidad’ es un thriller policial potente 
que va ‘in crescendo’

La serie de Movistar+ nos introduce en una trama adictiva, pero no pierde de vista a unos personajes complejos


Si hay una palabra que define a La Unidad es espectacularidad. Viendo sus episodios uno sabe que Movistar+ no ha escatimado en el presupuesto y que no querían hacer precisamente una serie pequeña. La premisa lo requería: retratar una unidad antiterrorista de la policía necesita una producción con recursos y apostar por el realismo. Y eso es lo que, a lo largo de sus seis episodios, ofrece al espectador. Sin embargo, no se queda ahí.


El riesgo con los directores propensos a la menciona espectacularidad, como es el caso de De la Torre, es que se pierdan en escenas visualmente muy llamativas y olviden la emotividad y la empatía hacia los personajes, o que el relato sea un caos en servicio de esos puntos fuertes. No es el caso. El guion nos hace seguir un caso yihadista que va ganando interés a medida que avanzan los episodios (a partir del tres es cuando se pone la cosa verdaderamente adictiva), pero el verdadero hallazgo son los protagonistas de esta unidad que van moviendo la acción.


Resulta sorprendente porque La Unidad no es una serie de personajes (lo que los americanos llaman character driven) sino de trama. Lo que importa, en teoría, es qué pasa con esa célula terrorista que está planeando atentar en España, pero lo que hace aferrarnos a la serie son unos policías que luchan con desesperación, que tienen fallos y que nunca nos pintan como héroes totales a la americana: son personas mundanas con trabajos extraordinarios. La decisión de humanizar a los buenos, desvistiéndoles del aura de superioridad, viene de la mano de un retrato sutil de los villanos, de los que cuenta sus motivaciones, a veces incluso con fuerte emotividad, pero sin caer jamás en la justificación.


Así, la serie de Dani de la Torre y Alberto Marini se asienta en un protagonismo inesperadamente compartido: al empezar, el instinto como espectador me dice que Carla (Nathalie Poza) es a quien voy a seguir, pero realmente hay partes de la historia en las que ella no está tan presente y son otros los personajes que toman las riendas de la situación. Esto, que en otras ficciones podría haber supuesto un desbarate, se revela como una de las virtudes de La Unidad: se crea un ecosistema de personajes complejo, como una red, donde todos tienen su espacio y momento para brillar.


En este sentido, quizás es Marcos (Michel Noher) quien más peso asume, y lo soporta tan bien que podría encabezar la segunda temporada sin problema, pero también van cogiendo el testigo con soltura Najwa (Fariba Sheikhan), Miriam (Marian Álvarez) o Myaz (Moussa Echarif).


La pregunta de cómo se resolverá la investigación policial, y la adrenalina que nos genera, es lo que nos llama a ver el siguiente episodio, pero eso que comentamos sobre los personajes es lo que hace que el cuerpo nos pida segunda temporada de La Unidad.
Álvaro Onieva

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