La maldición de Pamela y su té verde


No somos amigas, sólo nos conocemos por haber coincidido en varios castings, en los que, a pesar de quedar entre las finalistas, ninguna de las dos hemos conseguido trabajo.
Esta vez se trata de un spot televisivo para una importante empresa de ropa interior y lencería.
En el casting de hoy se han presentado más de setenta chicas. Tras varias selecciones y cribas hemos quedado Pamela y yo como finalistas.
No quiero pecar de vanidosa pero creo que en esta ocasión la suerte me va a sonreír y voy a ser yo la elegida.
Pronto entraremos a la sesión fotográfica. Mi mánager me presenta a Ricardo Riera, gerente de la firma. Es un hombre muy interesante y amable.Me invita a tomar un café, aunque me pido una botella de agua, ya que estoy muy nerviosa.
Me dice que está casi seguro de que voy a ser la nueva imagen de la colección otoño-invierno, que tengo muchas posibilidades y que hará lo que esté en su mano para que así sea.
Le llaman por teléfono y se despide con un prometedor “Hasta luego”
Pamela, que estaba en el otro lado de la barra, se acerca. Es evidente por su expresión que aunque no ha podido oírnos, ha intuido toda nuestra conversación.
Me pregunta si estoy nerviosa, le digo que sí y me ofrece un té de importación muy sabroso y con propiedades relajantes que ella suele tomar. Con una sonrisa levanta su taza y me dice: “Por el éxito, que gane la mejor”. Cortésmente correspondo a su brindis. Nos fumamos un cigarrillo y volvemos al estudio.
Ella entra la primera a la sesión fotográfica. He de reconocer que es muy guapa y fotogénica.
De pronto, me encuentro indispuesta. Mi abdomen se ha convertido en un volcán. Posiblemente el agua o el té me han sentado mal. Pido que me disculpen y me voy volando al servicio.
Pierdo la noción del tiempo. Es imposible levantarme del inodoro, cada vez que intento incorporarme, recibo el aviso de una nueva “erupción”… y vuelvo a quedarme sentada.
Al rato, oigo la voz de Pamela al otro lado de la puerta,
-Joana, ¿te encuentras bien?
-Sí, ahora mismo salgo -le digo con un hilo de voz.
-No te preocupes, querida. Al ver que te encontrabas mal, Ricardo tenía una reunión urgente y no podía esperarse, me ha dicho que te mejores y que ya te llamará. Ah, por cierto -ha añadido-, espero que te alegres por mí... Me han elegido como modelo de la nueva campaña, o sea que no tengas prisa en salir.
LOLA ENCINAS

Comentarios

  1. En los castings, como en la guerra, todo vale.De todo se aprende, querida Joana.

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  2. Ojalá todos los trepadores/as utilizasen sólo TÉ VERDE para sus ascensos.

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