En busca de los músculos desintegrados

Yo no sabía que mi cuerpo tenía tantísimos músculos, los fui descubriendo todos, uno a uno, en mi primera clase de pilates. Incluso hay unos que mueven las pestañas y en los que también se puede tener agujetas, es flipante.
Se nota que la profesora se cuida un montón, creo que por eso cuando me vio entrar por primera vez me miró un poco horrorizada, se dio cuenta de que tendría problemas con algunos de los ejercicios con los que había pensado destrozarnos.
Lo primero que nos enseñó fue la respiración, después de ventilarme tres veces, me dio la sensación de que había cogido una trompa de categoría y que me caería redonda de un momento a otro.
Fui haciendo las posturas que la profesora pedía, y en más de una ocasión hice tanto esfuerzo que me pareció que el estómago y el hígado intercambiaban sus posiciones dentro de mi ser. Y eso sin hablar de las múltiples rampas que arrasaron mi cuerpo.
A veces andaba un poco perdida y tuve que copiarme de mis compañeras más expertas, porque la profesora nos pedía que hiciéramos no sé qué con no sé qué parte de nuestro cuerpo.
Y todo eso debíamos conseguirlo mientras nos pedía una y otra vez que nos relajáramos. ¿Relajarnos? Esta mujer está pirada ¿Cómo podía relajarme si todo me daba vueltas? ¿Cómo conseguiría relajarme mientras me daban rampas en la espalda? ¿Cómo iba a relajarme mientras mis intestinos se enredaban? ¿Cómo lograría relajarme si no entendía la mitad de las cosas que decía? Y lo peor de todo, era imposible relajarse con mi hermana al lado, teníamos que estar pendientes de no cruzar nuestras miradas porque entonces el ataque de risa estaba asegurado, y la verdad es que la profesora no tiene mucha pinta de que le siente bien que nos tronchemos en su clase, lo cual nos daba más risa todavía, lógico.


Al final de la clase había conseguido hacer todos los ejercicios como una campeona, bueno todos no, hubo uno que mis múltiples hernias no me permitieron, cuando estábamos tumbadas y la profesora dijo "Balancea las piernas y…. ¡¡arriba!!", yo me quedé clavada en el sitio, espero que no nos pida hacer el pino puente porque entonces tendré que borrarme.

En fin, yo pensaba que los músculos de mi barriga se habían desintegrado después de los embarazos, pero no, resulta que sigo teniendo abdominales. Y no es que lo sepa porque después de cuatro clases estoy más plana que una tabla de planchar, no, estoy a mil años luz de lograrlo, en realidad lo sé porque tengo unas agujetas que no puedo ni estornudar.
http://diariomujertrabajadora.blogspot.com/2011/10/en-busca-de-los-musculos-desintegrados.html

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