Le brio (Una razón brillante)



Nos llega a nuestro país la sexta película del actor y director israelí nacido en Francia Yvan Attal. Entre los anteriores trabajos del director podemos destacar algunas películas como su opera prima “Mi Mujer es una actriz” y “Dot Not Disturb”. Quizás este sea su mejor trabajo hasta la fecha.




Este director siempre en sus trabajos nos ha querido mostrar el mundo del racismo en Francia, en esta ocasión nos cuenta el inicio de una joven nacida en Francia (Camélia Jordana), pero con raíces árabes que ha decidido ir a la universidad para estudiar la carrera de derecho. El primer día de clase y tras llegar tarde tendrá que enfrentarse a los comentarios racistas de su profesor (Daniel Auteuil).


A partir de ese momento y para mantener su reputación y no ser expedientado por el grave incidente ocurrido con la chica, el profesor tendrá que ayudar a su alumna a prepararse para una prueba a nivel nacional. La película nos llevará por todo el camino de aprendizaje que llevan los protagonistas, con sus buenos momentos y con altibajos que se irán produciendo debido a la actitud del profesor.


El personaje de Camélia ha sido toda una sorpresa, vamos conociéndola a medida que va pasando el metraje, con sus actitudes, amigos y familiares. Hace una interpretación magnifica, llena de fuerza y no dejándose pisotear en ningún momento por la sociedad racista que le rodea en muchas fases de su vida.


Que decir también de la actuación de Daniel Auteuil, aunque ya estamos acostumbrados a verlo en diferentes papeles, aquí nos vuelve a dar una interpretación formidable, con este papel de malo y con pensamiento y actitudes pasadas completamente de moda. Es un cascarrabias, pero con buen corazón.



El director nos quiere mostrar el lado más oscuro de la enseñanza, pero también nos da una lección, mostrando que con trabajo y lucha de pueden conseguir tus sueños, independientemente de la cultura y nivel social que tengas.
Una razón brillante" no es una brillante película, pero sí es una comedia entretenida que atesora unas cuantas razones para ir a verla: el buen trabajo de los actores principales, Daniel Auteuil y Camélia Jordana; algunos golpes de humor que provocan la risa de la sala; una buena exposición del encontronazo entre culturas; un guión que, aunque previsible, funciona bien en general; y, por cerrar la lista, un recordatorio de la importancia del lenguaje como instrumento de poder, convicción y también, cómo no, como herramienta para básica del ser humano para transmitir quiénes somos y qué queremos.


Una razón brillante es una nueva puesta en escena del mito de Pigmalión, con el que G. B. Shaw realizó su brillante obra de teatro, después adaptada al cine en el musical de George Cukor bajo el nombre de My fair lady. Las interpretaciones y lecturas han sido tantas que se necesitaría una extensa y prolija reseña para dar noticia de todas ellas, tal es la fascinación que el mito ha ejercido sobre escritores, músicos, cineastas, pintores y demás creadores.


En este caso, Yvan Attal, el director, lo adapta a la sociedad actual y utiliza como marco la universidad parisina, donde una joven estudiante, de vivo ingenio y fuerte personalidad, será preparada por un cínico y más que incorrecto profesor para participar en un concurso nacional de oratoria. Con este reparto de papeles la confrontación está servida, así como los elementos para construir una comedia en la que no falte la ironía, la crítica social ni, por supuesto, los momentos emotivos.


No será brillante, pero a quién le importa la brillantez si se puede pasar un buen rato disfrutando de una comedia.
En definitiva, es una buena película, con toques de humor en muchos tramos, pero que toca un tema muy complicado, como es el racismo y más en un país como Francia, donde hay muchos habitantes de origen árabe.
Jesús

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