AppleTree Yard


Apple Tree Yard se presenta en pantalla con una escena fuerte, como para marcar la cancha: su protagonista yendo a juicio, quién sabe por qué (y se tardará mucho en saberlo). Después de esa imagen, llegará el recurso de desandar el camino sin verlo, para luego volver a andarlo. Y ahí asomará como punta de este ovillo el encuentro supuestamente casual entre Mark y la doctora, que tiene un marido, dos hijos y, ahora, a todo eso le suma el ingrediente del desconcierto ante su propio impulso. Se siente otra. Se gusta.


El miedo, el miedo nos convierte en animales”, reflexiona Yvonne Carmichael (interpretada por la inglesa Emily Watson), mirando hacia el río Támesis desde la ventana del vehículo que la transporta esposada.


Científica, madre y esposa. Carmichael tiene suficiente etiquetas en el plato antes de que Apple Tree Yard le lance otras más: amante, víctima de violación, asesina.


En cuatro episodios, la serie producida por la BBC condensa el argumento de una novela inglesa (En el momento equivocado, 2013).
Un amorío extramarital entre dos desconocidos, inocente dentro de lo que cabe, se transforma en un thriller pasional: Yvonne es su epicentro.


‘AppleTree Yard’: un thriller sobre el placer y la violencia ‘

Poco acostumbrada a cumplir sus deseos sexuales en su lecho matrimonial, termina en un armario de escobas con un hombre desconocido que también está casado (Ben Chaplin).
El armario del parlamento británico tiene tan noble historia que una vez escondió a la sufragista británica Emily Wilding Davison para que pudiera consignarlo como su vivienda en un censo. El detalle brilla como una señal divina en la serie: “Podemos acostarnos con quien queramos”, desafía Yvonne en su monólogo interno.


En el candor su mutua atracción, el amorío desborda el encuentro y la pareja de desconocidos comienza a encontrarse a escondidas por Londres, la oculta calle Apple Tree Yard se convierte en un destino recurrente.


En medio del placer, Yvonne sufre un violento encuentro sexual que la convierte en víctima en lugar de victimaria dentro de su matrimonio; y la arroja a cuestionar en pantalla los límites éticos del placer y la agresión.

Yvonne pasa los días dentro de su cabeza sin reunir las fuerzas para resolver su predicamento. ¿Qué pasa cuando una mujer adúltera se convierte en una superviviente de violación?


Sin embargo, la historia no entrega su trama al peligro de acostarse con extraños, sino al contrario: al peligro de los conocidos que tienen ocultas profundidades en sus interiores.
Apple Tree Yard comienza como un thriller de crímenes sensuales, pero pronto le tuerce el brazo a su propia malograda etiqueta: la historia de Yvonne no es la de una adúltera manipuladora sino la de una mujer complicada en el vórtice de una tormenta de la que simplemente no puede protegerse sola.





Silvina Lamazares


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