La zona
Ocasión perdida para ser la serie que esperábamos: otra serie policiaca más
Nos debemos de felicitar por una serie española que apuesta por preciosos exteriores para grabar escenas, pero el intento de 'serión' se queda en eso, en un intento. Por el momento solo he visto dos capítulos pero han sido suficientes para no despertar en mí el interés suficiente y no ver por ningún lado el gancho que, a mi parecer, toda serie debe de tener en sus primeros capítulos.
Empiezo por lo malo: el ritmo es lento y los capítulos se hacen largos, se me escapó más de un bostezo; la intriga, por el momento, no se deja ver, cuando pasa algo te lo cuentan al segundo sin dejar ningún lugar a inferir intrigas y el suspense no se ve por ningún lado; si el contexto - el post accidente nuclear en un pueblo asturiano- invitaba a ser un elemento jugoso y novedoso que podría dar mucho juego, ya en el segundo capítulo pasa a un segundo plano mientras que las historias personales de los personajes -totalmente predecibles y muy planas- pasan a ocupar un papel importante, que hace que te desintereses; un guión muy justito y predecible -como casi todas las producciones nacionales- que no aprovecha el contexto del accidente nuclear y el misterioso emplazamiento de la trama para hacer algo mejor; se queda en una historia de policías similar a las que la parrilla nacional ha visto tantas veces.
Pero hay cosas buenas que destacar: los exteriores son de gran calidad y las imágenes son sugerentes; incluso aunque a veces se torna muy oscura le da una estética que es de apreciar; el casting no está mal, especialmente por la incorporación de alguna nueva cara, aunque también actúan varios de los sospechosos habituales de las series nacionales; en general el despliegue técnico parece a la altura de una gran producción y la estética y algunos planos de cámara no se suelen ver en las series nacionales.
La serie llama la atención por su fotografía y su diseño de
producción, a la altura de cualquier producción americana. Lo malo es que el
guión también está a la altura de las series más mainstream del thriller
americano tipo "CSI". Personajes planos, diálogos maniqueos y
forzados y actuaciones que van desde el susurro ininteligible hasta la
sobreactuación más risible, sin pasar por categorías intermedias. La edición de
sonido hace lo que puede en la falta más habitual del cine español: la búsqueda
de una naturalidad que afecta al habla de los personajes y hace que no
entendamos la mitad de lo que dicen.
David
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