Una mañana cualquiera



Cuando Frank se despertó, le costó un buen rato asimilar donde estaba, se levantó, se dirigió al baño, abrió el grifo, y bebió agua fría durante unos segundos...la cabeza le dolía y le costaba levemente respirar; pensó que sin duda alguna tenía que haber bebido y fumado menos la noche anterior...
Volvió a la habitación, y se fijó en las luces rojas de neón que entraban por la ventana; aquel debía de ser un hostal de tres al cuarto...se acercó a la cama y entonces la vio, aquel cuerpo femenino desnudo boca abajo, ocupando el espacio justo del colchón; levantó un poco la sábana ya que con aquellos colores, se distinguía perfectamente su culo insinuante, como llamándole a gritos, y pensó en quien sería aquella mujer y cuantas veces lo habrían hecho...se sentó en la silla que ocupaba la esquina de aquel agujero, y se encendió un cigarrillo; mientras intentaba reconstruir los hechos anteriores, no dejaba de mirar a aquella semidiosa que respiraba sin hacer ruido, y casi sin darse cuenta se excitó......
Poco a poco todo empezó a cobrar sentido, el bar donde el whiskey era de garrafón, la mujer del camarero, quien la sacaba al menos 20 años, los dos niñatos buscando guerra, lo cual explicaba sus nudillos ensangrentados, y aquella canción que se repetía cada cuarto de hora...era curioso que no recordara la letra y que sin embargo, toda la noche tuviera esa banda sonora...
Frank había entrado en aquel bar con la única intención de olvidarse de todo, y con toda seguridad lo había conseguido, al menos por unas horas...se hacía mayor y su trabajo ya no le satisfacía, eran demasiados los pesos en su espalda, los muertos almacenados en su memoria, las artimañas para vivir sin conciencia, y desde luego cada vez se le hacía más difícil apretar el gatillo...se había prometido que ese sería su último encargo, y al salir de la oficina decidió dejarlo para mañana;
Pero ese mañana era hoy y aunque la pausa había estado bien, hubiera preferido recordar a que sabía la piel de aquella chica, y no tener que volver a la realidad...se terminó el cigarrillo, se levantó, se acercó a su chaqueta y saco los datos de su víctima...la cara se le descuadró al ver aquella foto era la de la niña de su lado, ¿Quién podría ver muerto a ese ángel?...mientras divagaba, unos brazos le rodearon por detrás, y unos labios dejaron huella por su cuello...
"Me ha gustado dormir contigo", dijo aquella dulce voz ...
"Ojalá recordara algo", pensó él...y le preguntó "¿Tienes hambre?, conozco un sitio cerca de aquí donde ponen un café que resucita a los muertos"...
Y en ese preciso instante decidió que tenía la edad perfecta para jubilarse...
Publicado por Sh6y
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Comentarios

  1. Hay momentos en los que tenemos que pararnos, analizar y decidir si es esta vida que llevamos la que queremos...
    Me gusto mucho tu manera de narrar la historia.
    Besos y susurros dulces

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  2. Me ha gustado mucho el relato, sobre todo el desenlace. Es genial.
    Así deberíamos hacer todos, decidir el instante de nuestra JUBILACIÓN de tantos errores,acciones,pesares... y decir BASTA, MAÑANA ES OTRO DÍA.

    BRAVO.
    (lola encinas, La Karcoma)

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  3. muchas gracias a ambos por vuestro comentario y tb a ti angel por considerar que mi entrada se merecia este espacio en tu blog...

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