The looming tower


Diecisiete años después poco queda por contar del día que cambió el mundo moderno. Desde el 11 de septiembre de 2001 se han escrito innumerables reportajes y ensayos, se han estrenado decenas de películas y documentales y se ha analizado en universidades y en las salas de reunión de los edificios más importantes de Estados Unidos.
A Hulu todo esto no le ha importado demasiado, y para ofrecer un nuevo punto de vista sobre los atentados en los que murieron algo más de tres mil personas ha estrenado ‘The Looming Tower’. Una miniserie de diez episodios protagonizada por Jeff Daniels y Peter Sarsgaard que, en nuestro país, podemos encontrar en Amazon Prime.


Dan Futterman, Alex Gibney y Lawrence Wright se han encargado de adaptar el ensayo que le sirvió al último para hacerse con, entre otros, el premio Pulitzer en 2007. En su libro, el escritor y periodista examina minuciosamente las raíces del atentado, retrocediendo hasta mediados del siglo XX. Fue entonces cuando Sayyid Qutb se vio obligado a viajar a Estados Unidos. Un exilio temporal forzoso que sería fundamental en su obra, y poco después en su trabajo a cargo de la propaganda de los Hermanos Musulmanes.


A pesar de que habría sido interesante conocer la aventura americana de uno de los principales teóricos del islamismo contemporáneo, en televisión el tiempo es oro y la adaptación de ‘The Looming Tower’ (DeBolsillo) va al grano. O por lo menos se aproxima lo suficiente como para arrancar con las primeras noticias que la CIA y el FBI tuvieron sobre las intenciones de Bin Laden contra los intereses norteamericanos. Corría 1998 y al otro lado del charco andaban ocupados con una de las mujeres más conocidas de la década, Mónica Lewinsky.




Secretos y mentiras
Un libro cambia de manos en las calles de una ciudad de Oriente Medio. En su interior alberga un disquete que no tardará en llegar a la Estación Alec, una especie de agencia virtual que según describe Wright “en el organigrama de la agencia aparecía catalogada como “vínculos financieros terroristas”. Una subdivisión de Antiterrorismo de la CIA que, en la práctica, llevaba un par de años dedicándose “a rastrear las actividades de un único individuo, Osama Bin Laden”. Al frente de la estación, compuesta únicamente por mujeres excepto en la dirección, se encuentra Martin Schmidt. Un hombre obsesivo y desconfiado que a pesar de las recomendaciones de sus superiores, apenas comparte los avances de sus investigaciones con el resto de agencias.
Basado en el oficial de la CIA Michael Scheuer e interpretado por Peter Sarsgaard (‘Wormwood’), Schmidt tiene entre sus preocupaciones hacerle la vida imposible a John O’Neill, el jefe de la división de Contraterrorismo del FBI en Nueva York. Su forma de trabajar y responder a las amenazas es antagónica, y en cada uno de sus múltiples encuentros quedan patentes sus diferencias. Una enemistad que tiene efectos inmediatos en las investigaciones que, a finales de los noventa, se llevaban a cabo sobre Bin Laden, que por aquel entonces concedió su primera entrevista a la ABC.
Jeff Daniels (‘The Newsroom’, ‘Godless’) es el encargado de encarnar a O’Neill, un experto en contraterrorismo que entre 1997 y 2000 dirigió la oficina del FBI de Nueva York. Un año después de su llegada implantó en su división un departamento dedicado a Osama Bin Laden. Más temperamental, pero menos paranoico, que Schmidt, O’Neill sabía rodearse de aquellos que más le convenían en cada situación. Y supo ver en el agente de la CIA nacido en Líbano, Ali Soufan, la mano derecha que necesitaba para convertirse en el líder de la lucha contra Bin Laden. Tras enrolarse en la agencia por una apuesta en la que perdió dinero, Soufan encontró su sitio en el departamento que luchaba contra lo que él consideraba una perversión interesada del Islam. Sus conocimientos sobre la comunidad islámica, sus particularidades y su idioma le convirtieron en el protegido de O’Neill en los primeros años de su extensa carrera en el FBI.



Primeras pistas, primeras tragedias
El primer episodio de ‘The Looming Tower’ titulado “Ahora comienza” cierra con dos de los ataques antinorteamericanos que precedieron al 11-S, los atentados a las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania. Una demostración de fuerza de Bin Laden y sus acólitos, que solo en Nairobi se cobró más de 200 víctimas. Trabajadores de la embajada en la que, días antes, había estado uno de los integrantes del equipo de O’Neill en el FBI siguiendo el rastro de un exsecretario de Osama.
Con estos ataques Bin Laden pasó a ser incluido en la lista de los diez fugitivos más buscados del FBI, y los encargados de la seguridad nacional se debatían entre el conservadurismo de O’Neill y la demostración de fuerza de Schmidt. El primero urgía a los implicados a encontrar al líder de AlQaeda para juzgarlo y encerrarlo, mientras que el segundo optaba por bombardeos que acabasen con su vida. Aunque eso pudiera convertirlo en un mártir.
Para que el espectador tenga la oportunidad de relacionar los hechos de 1998 con el resultado de la Comisión sobre el 11-S de 2002, los creadores salpican la narración con las declaraciones de algunos de los protagonistas principales. Una contraposición que sirve para poner imágenes a confesiones tan epatantes como la de Schmidt. Preguntado sobre la necesidad de bombardear emplazamientos afganos en los que no se tenía la certeza de la presencia de Bin Laden, el jefe de la estación Alec reconoce, sin pestañear, que las víctimas no estadounidenses no le preocupaban lo más mínimo.
Vidas (no tan) privadas


Para aquellos que no son especialistas en la materia, en los primeros momentos puede resultar chocante la cantidad de tiempo que ‘The Looming Tower’ dedica a la vida personal de O’Neill. A diferencia de Schmidt, al que únicamente vemos en la oficina, su colega del FBI era un hombre acostumbrado a agasajar a sus compañeros y superiores con carísimas cenas. Un gasto por el que tuvo que rendir cuentas en varias ocasiones, y al que había que sumar su azarosa vida sentimental.
En aquella época el jefe del FBI en Nueva York estaba separado de la madre de sus dos hijas, pero las visitaba ocasionalmente en la casa que él mismo mantenía en Atlantic City. También era probable encontrarle en el apartamento de su amante en Nueva York. O en la casa de la novia que tenía en Washington. Porque su dedicación y su empeño a la hora de acabar con AlQaeda no fue impedimento para disfrutar de una vida sentimental compleja. Aunque, como resulta lógico a la vista de una agenda tan cargada, termine pasándole factura en su carrera profesional.




Revelador retrato
Con los precedentes existentes el principal interés de ‘The Looming Tower’ reside en narrar de forma atractiva los tejemanejes de las agencias que deberían haber evitado el 11-S. Y lo consigue con creces gracias a su ritmo, sus interpretaciones y, sobretodo, una historia que no deja precisamente en buen lugar a hombres como Scheuer (Schmidt) o el Coordinador Nacional de Seguridad, Richard Clarke entre muchos otros. Sujetos que tenían entre sus obligaciones la protección de un país, y se entretuvieron con luchas de poder internas que debilitaron su trabajo. Mientras, el enemigo sumaba seguidores y trataba de perfeccionar los métodos con los que cumplir sus severas amenazas.
Con la crítica norteamericana en el bolsillo, algunos señalan a ‘The Looming Tower’ como el nuevo gran drama de Hulu, que podría seguir la brillante estela de ‘The Handmaid’s Tale’. Y aunque también hay quienes no pueden dejar de ver en la producción una serie policial, las luchas internas que describe son lo suficientemente importantes como para merecer la atención de la audiencia. Espectadores que, seguramente, no podrán evitar sentir cierta amargura cuando en alguna escena aparezcan las Torres Gemelas. Porque, tristemente, lo peor de esta serie es el desenlace que ya conocemos.



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