Improvisadas


No te escucha porque no está concentrada en lo que decís.
Capaz decís cualquier banana o capaz estás en otra frecuencia, otro lugar, otro momento pero acá no.
No te escucha, esa es la cuestión por la que vos estás gritando como un desaforado vestido en pijama, con las luces de la habitación medio bajas, el café frío que tiembla en cada golpe y la notebook encendida que, si tuviera vida, se moriría de ganas de colgarse, tildarse, apagarse.
Y ella como si nada, en parte te considera un chiste y en parte no le importa.
Está vestida para salir, no sabés que es viernes a la noche?
Por qué tomás café si hay tanto whiscola ahí en la calle?, te pregunta.
Y vos, gritos sordos.
Por mi parte, ya no sé cómo decirte.
Seguí buscando mujeres fatales por Facebook y seguí dejándonos a nosotras a un lado; pero no te quejes, después, cuando no te lave más la ropa.

Comentarios

  1. Jajajaja. Muy bueno. Pues a dejar de lavar se ha dicho.
    Besos y susurros cálidos

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Haikus de Muerte

Pakt (El pacto)

Detachment >>> Indiferencia >>> El Profesor