LA RED AVISPA

Amena co-producción entre España, Francia, Bélgica y Brasil, 

que narra una historia verídica de espionaje, 

ocurrida a comienzos de los noventa del siglo pasado.

Oliver Assayas consigue al menos no aburrir, al respetable, dándole de todo, desde intriga, amor, espionaje, acción, todo dentro de una época convulsa (todas lo son, me temo) donde lo social y lo político se mezclan, no sabiendo a veces quién es el amigo y quién el enemigo. A veces incluso no sabiendo con quién vives habitualmente, quiénes son tus verdaderos amigos.

Muy lejos de sus últimos trabajos hasta el momento (las muy íntimas Viaje a Sils Maria, Personal Shopper y Dobles vidas), aunque acercándose a un territorio que no le es desconocido (la serie televisiva Carlos, 2010), Olivier Assayas aborda aquí una historia de espionaje entre Cuba y Estados Unidos durante los años noventa del pasado siglo, contada mayoritariamente desde la perspectiva de los agentes cubanos que se infiltraron en los círculos anticastristas de Miami para intentar detectar los actos de sabotaje que estos tramaban contra las infraestructuras turísticas de la isla caribeña. 

Quizá lo más llamativo de la propuesta sea el hecho de que esta parta de un guion original propio del director, porque resulta ciertamente difícil atisbar, entre las imágenes del film, qué puede ser lo que le interesaba al autor de Irma Vep, Finales de agosto principios de septiembre, Boarding Gate o Las horas del verano dentro de este artefacto con modales de international puding (es una coproducción entre Brasil, Francia, España y Bélgica), estética de aséptico thriller de espionaje, varios despropósitos de casting (Penélope Cruz haciendo de joven esposa cubana) y argumento mil veces visto ya con anterioridad.

El relato urdido por la película recupera y pierde alternativamente a unos personajes y a otros sin razón o justificación aparente (tan solo porque así lo estipula un guion harto caprichoso), visita todos los tópicos del género con una desgana formal insospechada y acaba por recurrir a procedimientos explicativos de manual que tratan de ilustrar al espectador sobre el trasfondo histórico real de la trama en la que se centra la narración. De manera casi inevitable, debido a todo lo anterior, también el punto de vista ideológico del film se resiente de un maniqueísmo simplista impropio del cineasta francés (con una intervención final de Fidel Castro en defensa de los agentes cubanos y del derecho de su país a ejercer el espionaje), por lo que La red avispa acaba por situarse en un extraño territorio cinematográfico bastante improductivo. 

Al menos Assayas logra no volverte loco con aspectos que a veces aparecen en las pelis de espionaje, esto es, confusión, farragosidad narrativa y frialdad expositiva. Aquí al menos te enteras de lo que ocurre, a veces antes que algunos personajes, otras al mismo tiempo.

Lo peor es que mezcla muchos asuntos sin llegar a convencer en la exposición de los hechos, pero más por superficialidad, por dar a la cinta una pátina de comercialidad (algo loable, que hay que vender el producto) sin hacer demasiado daño a nadie. Muy pulcro todo, en definitiva.

Técnicamente estimable, con buena fotografía y elenco interpretativo, con actos y actrices de distintas nacionalidades mezclando idiomas (imprescindible verla en versión original...) y formas de actuar. 

No aburre y eso es lo mejor, pero también es verdad que pudiera resultar bastante indiferente a quienes vayan a vela pensando que será, más o menos, una interesante lección de historia. No, no lo es. Es espectáculo cinematográfico, simplemente. Como espectáculo es ver lo preciosa que es Ana de Armas.

Carlos F. Heredero