Malaka

La otra cara de la vida, 

la otra cara de Málaga.

A todos nos gusta la Calle Larios, pero la vida se parece más a La Palma-Palmilla. Y de eso va Malaka, una serie con una inteligencia y con un gusto inmensos, calidad desbordante, especialmente en el reparto, que tiene unas actuaciones tan fidedignas que un malagueño podrá pensar que en lugar de una serie está viendo un documental.

La ya de por sí buena dirección se vale de una banda sonora excepcional que casa perfectamente con los silencios planteados desde el guion. Malaka va sobre afrontar todo aquello que no queremos afrontar: un pasado que ya tenías olvidado pero que ahora aparece, las malas decisiones que empiezan a pasar factura, el arrepentimiento tras la muerte de una hija... Y cuando se afronta algo se hace desde el silencio, desde la reflexión y desde la acción, y esos tres ingredientes aparecen constantemente.

Si Malaka fuese un producto HBO (tiene un aire a True Detective) no pararíamos de halagarla. Pero amigo, this is Spain, hasta que no la compre Netflix y reciba el cariño mundial no nos daremos cuenta de que es una de las mejores series nacionales que se han hecho nunca.
Es un más que aceptable producto cuyo mayor hándicap es el primer episodio, que por su lentitud y aparente intrascendencia puede echar para atrás a la audiencia (la serie no arranca realmente hasta el segundo).

Me parece una serie genial, de las españolas quizás sea la más realista junto a Fariña.
Los personajes son profundos y bien interpretados, cada uno con sus demonios.
Siendo de Málaga casi puedo decir que los extras son tan buenos que diría que no son ni actores.
Los diálogos son 100 x 100 malagueños incluyendo palabras totalmente de la ciudad, pero que escuchadas en el contexto de las frases cualquiera puede entender.

Incluso las varias peleas que hay son más creíbles, son esas que cualquiera ve en un barrio.
En cuanto al reparto, destaca un excelente Salva Reina, habitual de la comedia ligera, aquí bordando al típico policía "colega", borrachín, porreta y de vida familiar desastrosa, pero con un par de narices y experto conocedor del inframundo. Maggie Civantos tampoco se queda atrás en un papel menos agradecido, por su ausencia de humor. Luego, aparte de la galería de secundarios, muchos malagueños (algunos clavan el acento), también hay una caterva de gentuza sacada directamente de las calles.

Podría ser aún mejor, pero muy recomendable.
No digo que sea perfecta, pero totalmente recomendable.

P.D.: No entiendo por qué la serie Fariña ha sido muy valorada con ese acentazo gallego y esta está siendo tan criticada con las mismas condiciones
Por lo demás, estilo seco y descarnado, con indudables influencias de "Gomorra" y el cine de Alberto Rodríguez para una serie centrada en los bajos fondos de la capital malagueña, alejada de la calle Larios y los lujos de la Costa del Sol.

Repito, absolutamente recomendable.

Adriano