Peaky Blinders


 

 "Peaky Blinders" es una serie de época que narra el ascenso de una banda de gánsters gitanos afincados en Birmingham, que deberá enfrentarse a enemigos cada vez más poderosos. Se trata de un producto estilizado, hermoso y adictivo.






En la mirada helada de Thomas Shelby se concentra toda la oscuridad del universo. La serie nos introduce en una atmósfera brutal, sanguinaria, mientras seguimos la pista de hombres violentos que quedaron muy tocados tras la guerra, y mujeres fuertes que luchan por prosperar en un entorno hostil. Sólo sé que el día que termine, y espero que para esto todavía resten bastantes años, echaré de menos las imágenes a cámara lenta, las canciones de rock, toda esa música envolvente, las constantes intrigas urdidas en un clima de peligro inmediato, las muertes crueles e inesperadas, las ingeniosas estrategias de Tommy, el cerebro quebrado de Arthur, los presagios de Polly, la independencia de Ada, la frialdad de Michael, el carisma de tantos y tantos secundarios inolvidables, como lo fue al comienzo el pérfido policía encarnado por Sam Neill.



Terminada la quinta temporada. El enfoque pasa al plano de la profundidad. Entramados familiares, la desesperación de Tommy y un entorno que parece que no está acompañando demasiado bien.
Es una temporada muy buena, una temporada distinta, una temporada para disfrutar todos y cada uno de los diálogos. El gato negro. Fiarte ni de tu padre. Los cimientos empiezan a temblar, la familia no es lo que era, el tiempo no pasa en vano, y el cerebro de Tommy, la herramienta más poderosa de la serie, cada vez es más frágil (por ende, su familia).



He leído decepciones. Decepciones por un bajón de calidad, por una inconsistencia.
¿Declive? Sí, pero porque la familia está muriendo, no porque la serie no mantenga su nivel. Sin Thomas muy lúcido, poco o nada tienen que hacer. Todos los personajes están con medio pie en la tumba. Están al borde. Nuestro protagonista ya no puede más. Y que lo cuiden, porque si no todo se termina, y ha estado muchas veces a punto de pegarse un tiro.
Señores, Thomas está dando discursos en la cámara de los comunes. Un gitano que llevaba una casa de apuestas, que levantó de la nada un imperio con una brutal identidad. Mi pregunta es: ¿Qué quieren los espectadores? ¿Que saque un revólver y dispare sin ton ni son a todo el que se cruce?



La historia evoluciona, el personaje EVOLUCIONA. Ahora es político. Tiene que limpiar su imagen, tiene que intentar abandonar el sambenito de sus inicios, tiene que mantener un status, un nivel y un rol en una posición nueva para él, mucho más alta que antes, y contra un villano MUY poderoso. Esto es Peaky Blinders. Lo que la diferencia del resto de series es su complejidad y su riqueza en los más mínimos detalles.





Solidarizo con quienes les haya podido aburrir esta nueva entrega tras la intensidad de acción de la cuarta temporada. Pero quien solo quiera ver tiros, que se ponga a John Wick.



"Peaky Blinders" merece un puesto en el Olimpo de las series. Es singular, inteligente, valiente y bella, posee alma, escenas geniales, giros de guion que no verás venir, brillantez, personajes acosados por sus destinos, individuos que evolucionan y que tienen una fuerza increíble, densidad, suspense, amargura y también una pizca de esperanza que se eleva por encima del mundo sucio y cruel que retrata. Es cine de primer nivel que no podrás sacarte de la cabeza.
Marlow

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